La sanidad en el discurso de investidura de Mariano Rajoy (2011)
Artículo publicado en «Expansión», 2011
En la buena línea, a falta de los detalles
Antes de entrar en el análisis de lo que en el discurso de investidura del ya Presidente Mariano Rajoy se ha dicho sobre sanidad, hay que situar la sanidad en su contexto. La sanidad es un servicio público financiado mediante impuestos. No hay un buen servicio sanitario si no hay una adecuada recaudación.
Por lo tanto, fundamental y previo para resolver los problemas del sistema sanitario es que el Estado recupere ingresos.
En ese sentido, todas las medidas que van en la línea de estimular el crecimiento y potenciar la creación de empleo, tan presentes en el discurso de investidura, son de aplicación al sector sanitario.
Dentro de ese paquete de medidas económicas hay dos que lo hacen de forma muy directa en las múltiples empresas farmacéuticas, de tecnología médica y proveedores varios con las que las Administraciones Públicas tienen una cuantiosa deuda. Se trata del anuncio de un procedimiento de compensación automática similar al de la cuenta corriente tributaria para cualquier tipo de deuda reconocida por una Administración Pública, así como modificar el régimen de IVA para no tener que pagarlo antes del cobro de las facturas.
Específicamente en cuanto a sanidad, se habla de impulsar un Pacto por la Sanidad, que es tanto como reconocer la necesidad de reformas muy en profundidad, cuya ambición va a requerir el concurso de los numerosos agentes del sector.
Aunque en el discurso no se adelantan las propuestas para el Pacto –sin duda una cautela en un sistema como el sanitario transferido a las comunidades autónomas- al hablar de accesibilidad, eliminación de burocracia y ganar eficiencia, ya está desvelando parte de los contenidos. Y esos objetivos van en la buena línea.
También anuncia una elevación del rango normativo de la cartera de servicios, al proponer una Ley de Servicios Básicos, que liga al aseguramiento de financiación de unos recursos necesarios, algo imprescindible para hacer operativa la cartera y no una simple declaración de intenciones.
El diablo está en los detalles, pero tanto el foco en las medidas de recuperación económica, como el anunciado Pacto por la Sanidad son, sin duda, buenas noticias para el sector sanitario.