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Corresponden a notas sobre temas o hechos de actualidad

La industrialización llega a la sanidad

30/12/2014/en Notas /por ignacioriesgo

 

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Ver PDF de la noticia (Rastegar, healthcare becomes and industry)

(Reflexiones a raíz del artículo de Darius A. Rastegar, ver PDF)

El siglo XX ha sido un período de cambios monumentales y avances tecnológicos. El sector sanitario, sin embargo, había sido relativamente respetado de esos cambios y sólo gradualmente empezó a sufrir la reorganización que otros sectores habían experimentado en el siglo pasado.

Al inicio del siglo XX, los artesanos llevaban a cabo la mayoría (si no todas) las actividades en el proceso de hacer un producto y eran capaces de determinar la forma y ritmo de su trabajo, basándose en su propia experiencia. Frederick Winslow Taylor, un ingeniero mecánico y economista estadounidense que vivió entre 1856 y 1915, estableció las bases del cambio en la organización del trabajo. Su innovación puede resumirse en dos pasos: el primero es dividir un trabajo complicado en tareas relativamente simples; el segundo, analizar esas tareas y encontrar la mejor forma de llevar a cabo cada una de ellas.

Aunque el enfoque autoritario de Taylor (este llegó a declarar que el trabajador ideal era aquel que sólo seguía instrucciones y no pensaba por sí mismo) se ha modificado sustancialmente en la gestión moderna, dejó el legado de contemplar cada trabajo como algo que podía ser dividido, analizado y estandarizado para mejorar la eficiencia, la calidad y la productividad.  La taylorización de los sectores tuvo varias consecuencias. La primera, fue el aumento de la productividad que hizo posible el nivel de vida que ahora disfrutamos.  La segunda consecuencia fue el nacimiento de una nueva capa de gestores para organizar y supervisar el nuevo entorno de trabajo. La tercera consecuencia fue la degradación del trabajo, ya que, irónicamente, a medida que las tecnologías y los productos se vuelven más complejos, el trabajo que requiere es cada vez más simple. Algunos argumentan que estos cambios han convertido el trabajo en una experiencia monótona en la cual los trabajadores se sienten poco ligados al producto que generan. ¿Es este el futuro de la sanidad?

Dividir el trabajo en sus componentes

El típico médico del principio del siglo XIX era un médico general que trataba una gran variedad de problemas médicos. A medida que el siglo avanzaba fueron naciendo distintas especialidades médicas. Los primeros especialistas se concentraban en un órgano o enfermedad. Dentro de cada una de estas disciplinas, sin embargo, había todavía la oportunidad de la continuidad asistencial. Por el contrario, las especialidades más recientes –medicina de urgencia, intensivistas y hospitalistas- se concentran en una fase concreta de la atención y dan la razón a Taylor en cuanto a la primacía del sistema sobre el individuo. Estos médicos normalmente trabajan a turnos y su relación con el paciente al que atienden empieza y acaba con el turno.

La fragmentación de la atención se ve no sólo entre los médicos, sino también en la utilización de enfermeros y otros clínicos no médicos que desarrollan cada vez más labores que eran tradicionalmente la responsabilidad del médico.

Evaluación y estandarización de las tareas

El médico tradicional basaba sus decisiones en su sabiduría y experiencia personal. Cada médico era autónomo y en gran medida libre de practicar en la forma que él deseaba. Como consecuencia, los patrones de práctica variaban notablemente y muchos médicos no utilizaban estrategias terapéuticas probadas. Como respuesta a esta variación, el proceso de estandarizar y evaluar el trabajo de los médicos ha recibido mucha atención. Guías de práctica clínica, protocolos y sistemas de ayuda a la decisión clínica van en esa línea.

El nacimiento de una capa gestora

El médico de hace un siglo era típicamente un trabajador autónomo y trataba con sus pacientes directamente, sin la intervención de una estructura burocrática. El nacimiento de los seguros sanitarios –públicos y privados- introdujo un intermediario en esa relación. Con el aumento de las especialidades, así como con la necesidad percibida de impulsar la estandarización y el control de costes, surgió la necesidad de más gestores para controlar un proceso crecientemente fragmentado y, como resultado, el sistema se dota de una superestructura administrativa en expansión.

Las funciones gestoras en sanidad toman distintas formas. Hay gestores tradicionales que monitorizan la productividad y la calidad. Hay otros que desarrollan guías de práctica clínica o estándares, con un papel análogo al de los ingenieros en otras industrias. Los médicos hoy en día están sujetos a fuerzas externas crecientes, incluyendo las aseguradoras y las administraciones sanitarias públicas, aunque no sólo.

La supervisión gestora y la estandarización puede aumentar la calidad y la eficiencia, pero resulta también en una pérdida de autonomía. Los médicos son cada vez más empleados asalariados, que trabajan en entornos en los que tienen escaso control del ritmo y condiciones de su trabajo.

La degradación del trabajo

Las consecuencias de la taylorización fueron que el trabajo de artesanos experimentados era transformado en tareas simples controladas por un tercero y que su labor podía ser reemplazada en gran parte por otros trabajadores de menor cualificación.

La medicina ha sido tradicionalmente el campo de médicos independientes que adquieren su posición y prestigio a través de un largo y arduo aprendizaje, de manera similar al artesano al inicio del siglo XX.

El modelo del futuro puede haber cambiado. Habrá médicos-gestores que supervisan la labor de otros clínicos. Esta transformación es más aparente en la creciente utilización de clínicos no médicos para dar servicios hasta ahora reservados a los médicos. Algunos médicos actuarán como consultores superespecializados y algunos generalistas pueden coordinar la atención de los pacientes crónicos. Para la mayoría de los médicos, sin embargo, la tendencia será la de bajar un escalón hacia un papel menos cualificado y menos valorado en el sistema.

La industrialización de la sanidad

La sanidad parece dirigida en la misma dirección que otros sectores, hacia la fragmentación y estandarización del trabajo médico, así como hacia la construcción de una superestructura gestora. Estos cambios traen la promesa de una sanidad de mayor calidad y más eficiente. Los médicos, sin embargo, seguirán presionados a sacrificar su autonomía, su trabajo será menos valorado y, en gran parte, sustituido por el de otros clínicos no médicos.

Por supuesto, el objetivo del sistema sanitario será ofrecer a los pacientes la atención mejor y más coste/efectiva de las posibles, no ofrecer a los médicos vidas profesionales plenas de satisfacción. Sin embargo, cierto grado de industrialización de la medicina pueden tener implicaciones preocupantes para la atención de pacientes individuales y su experiencia en el sistema. Los pacientes también tendrán que acostumbrarse a la nueva realidad y asumir mucha más responsabilidad.

Para algunos existe el peligro de que ingredientes esenciales de una buena atención, tales como la comunicación paciente/médico y la conexión personal, pueda perderse en la búsqueda de la eficiencia.

Seguramente para aquellos que requieran ciertos procedimientos o tengan una única enfermedad para la cual los estándares de cuidados sean claros, es probable que estos cambios resulten en una mayor calidad y mayor eficiencia. Sin embargo, para otros pacientes, especialmente para las que tengan enfermedades crónicas multisistémicas complicadas, la primacía del sistema sobre el individuo les haga sentirse como un producto en un proceso despersonalizado.

Aunque muchos de estos cambios son inevitables y, en su conjunto, para mejor, necesitamos pensar en medidas que neutralicen los aspectos dañinos de este proceso.

El temor a la industrialización de la medicina

En ambientes médicos la industrialización de la medicina ha sido mirada con temor. Algunos invocan el espectro de una cadena de montaje, dónde la búsqueda de la eficiencia puede eclipsar los elementos humanos de comunicación y relación que hacen de la práctica médica algo más que una industria.

Lo cierto es que los máximos defensores de la industrialización de la medicina, como puede ser el Institute of Medicine, en sus recomendaciones resaltan el papel de la comunicación y la coordinación como un valor fundamental de la misma práctica clínica. No hay guía clínica que impida a los médicos comunicarse y entablar relaciones con sus pacientes.

Como dice el Dr. Simeon Schwartz, de Westmed ([1]): “Muchos médicos creen que la industrialización será terrible para la medicina. Se consideran a sí mismos como miembros de un prestigioso gremio que da atención personalizada, y que la estandarización mina la relación médico/paciente. De hecho, sin embargo, muchos médicos no están dando el nivel de atención que deberían. Al contrario, están alimentando un sistema ineficiente que dificulta dedicar tiempo a sus pacientes. Esto necesita frenarse. Si se industrializa la atención, se puede reforzar el papel de los médicos haciendo que ejerzan su auténtico papel de comunicación con los pacientes, en vez de meros escribientes, lo que puede tener un profundo impacto en la atención sanitaria”.

En otras palabras, la industrialización de la medicina no significa necesariamente despersonalización y pérdida de relación con los pacientes. Aunque si lo que se quiere es volver al carácter autónomo de la práctica médica, eso, como las golondrinas de Bécquer, ya no volverá.

 

 


[1]  Ken Congdon

Should we Industrialize Medicine?

Health IT Outcomes, April 17, 2013

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-14.42.38.png 670 1383 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-12-30 17:17:142021-11-02 07:00:59La industrialización llega a la sanidad

El sistema MUFACE: debilidades y puntos fuertes

25/12/2014/en Notas /por ignacioriesgo

 

 

 

 

El-sistema-MUFACE2

El mutualismo administrativo, una realidad de casi 40 años

El mutualismo administrativo (comúnmente denominado sistema MUFACE) es el sistema sanitario especial de los funcionarios de la Administración Central del Estado, funcionarios transferidos y algunos cuerpos nacionales. No es nuevo, data ya de 1975.

Siempre en controversia sobre su derecho a existir

Casi desde su origen, es un sistema que ha sido sometido a una controversia en cuanto al propio sentido de su existencia, en el marco de un Sistema Nacional de Salud universal.

Los que lo atacan lo consideran una reliquia; un privilegio para los funcionarios al que no pueden acceder otras categorías sociales; una anomalía en el seno del SNS; y,  algo a extinguir desde la defensa de un SNS más homogéneo.

Los que lo defienden lo hacen basándose en el coste inferior por persona de este tipo de asistencia en relación con la ofrecida desde el SNS; en el hecho de la satisfacción de los funcionarios (que mayoritariamente eligen ser atendidos por aseguradoras, en vez de directamente por el SNS); en que no puede considerarse un privilegio algo que es más barato; en la defensa de un SNS menos monolítico y más plural;  y, en la bondad de una implicación de las aseguradoras sanitarias en la prestación del servicio sanitario público.

A lo largo del tiempo ambas posturas se han venido manifestando como irreconciliables. En el fondo late una concepción distinta del SNS: en unos casos, los detractores del sistema MUFACE,  en defensa de un SNS homogéneo y monolítico; en otros, los defensores del sistema MUFACE, abiertos a un SNS menos homogéneo y más plural, con participación en el mismo de múltiples instituciones públicas y privadas, aunque sin renunciar a dos atributos básicos del SNS: cobertura universal y financiación predominantemente pública.

El que suscribe esta nota se reconoce más en el segundo grupo, entre los defensores del sistema MUFACE, precisamente por lo que representa de germen de un SNS más plural.

Puntos fuertes y débiles

Pero, abandonando por un momento esta discusión de fondo, analicemos los puntos fuertes y débiles del sistema MUFACE. Como toda realidad social tiene puntos fuertes y débiles, que conviene analizar.

Puntos fuertes

  • El menor coste por persona. Mírese como se mire, el coste por persona protegida es muy inferior al coste del sistema público. En algunos estudios (PwC, 2007) este gap llega hasta el 54%. Y eso después de sacar del cálculo comparativo todos los gastos de estructura central del sistema público, investigación, docencia, etc.  Esta es una realidad incontrovertible, mírese como se mire.
  • Buena aceptación por parte de los funcionarios. El hecho de que mayoritariamente los funcionarios, año tras año, se inclinen por la prestación por las aseguradoras sanitarias en vez de por el SNS es algo indicativo de la buena aceptación del modelo entre ellos.
  • Práctica ausencia de listas de espera. Este es, desde el punto de vista asistencial, un punto fuerte muy considerable, sobre todo si tenemos en cuenta las largas listas de espera del sistema pública, agravadas durante la crisis.

Puntos débiles

Los puntos fuertes son relevantes, pero los puntos débiles no son menores. El fundamental es el hecho de que las aseguradoras sanitarias han extrapolado a un sistema sustitutivo, como es el sistema MUFACE,  el modelo asistencial que tan buenos resultados les ha dado en un sistema duplicado, como es el resto del seguro sanitario privado en España. Este modelo asistencial está basado en una amplia opción de médicos especialistas y hospitales, en una relación de pago por acto a los proveedores, en una práctica ausencia de atención primaria y en un escaso seguimiento desde el punto de vista asistencial por parte de las aseguradoras.

Desde esta perspectiva, los puntos débiles son:

  • El propio modelo asistencial de amplia elección. Un acceso directo a los especialistas y una amplísima elección de proveedores no son las mejores herramientas para un estricto control de coste y calidad.
  • La relación de los proveedores mediante pago por acto. Esto obviamente es un incentivo a la multiplicación de actos –sean necesarios o no- y tampoco va en la línea de control de costes y sobre todo de evitación de costes evitables.
  • La ausencia de atención primaria. Es muy difícil controlar costes, sin entrar en los temas de calidad, sin un papel central de la atención primaria. Las evidencias sobre el tema son abrumadoras.
  • Un escaso seguimiento de los casos “high risk” por parte de las aseguradoras. En coherencia con el modelo asistencial que hace énfasis no tanto en el seguimiento de determinados casos, sino en la amplísima libertad de elección por parte de los asegurados.
  • Un escaso apoyo político y una escasa integración en el resto del SNS. El hecho de que la máxima autoridad del modelo MUFACE sean direcciones generales de distintos Ministerios no sanitarios (Hacienda y Administraciones Públicas, Justicia y Defensa), les ha quitado peso a la hora de obtener apoyos políticos para el sistema y legitimación desde el propio sistema sanitario. Además, esta dependencia ha hecho que sea difícil, en un mundo administrativo, hablar de la evolución de los gastos sanitarios. Es así que el “riesgo regulatorio” puede volverse inasumible para las aseguradoras.

Las nuevas realidades

En los últimos tiempos hemos asistido a que determinadas aseguradoras han sacado del cuadro de MUFACE a determinados hospitales, seguramente más caros que los otros. Es un reconocimiento implícito de que el modelo asistencial del pasado –que puede ser válido para un modelo duplicado- no puede mantenerse en un modelo sustitutivo, dónde la contención de costes es una realidad siempre presente.

Hacia una revisión del modelo asistencial

Desde una posición de defensa del modelo MUFACE, creemos que lo que debemos pedirles a las aseguradoras es no sólo acciones parciales de ese tipo, sino una revisión total de su modelo asistencial. Sólo así el sistema MUFACE podrá convertirse en lo que es bueno que se convierta: una alternativa sustitutiva a un sistema público, en el marco de un SNS más plural y dinámico.

En otras palabras, no se trata tanto de poner un parche para “salvar el año”, como de construir un modelo alternativo de futuro. Entendemos que cuando se pide la ampliación del modelo a otros colectivos es eso lo que se está pidiendo.

 

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2014/12/6E9C7566-69E4-4F4C-9F81-00AF8CA889C4.jpeg 792 1300 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-12-25 19:31:152021-11-01 06:57:56El sistema MUFACE: debilidades y puntos fuertes

¿Una revolución en el NHS británico? (2014)

06/11/2014/en Notas /por ignacioriesgo

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Ver PDF de la noticia (5yfv-web)

 

Un nuevo documento de estrategia del NHS

El NHS ha publicado recientemente (23 de octubre, 2014) un documento titulado Five year forward view (Visión a 5 años). (ver PDF)

Este es uno de los muchos documentos publicados periódicamente por el NHS, posiblemente el servicio público de salud con estrategia más explícita.

Principales mensajes

Se trata de un documento no muy largo de sólo 39 páginas.

Sin embargo, introduce un cambio fundamental en la forma en la que se da el servicio sanitario en el Reino Unido desde la creación del NHS en 1948, la separación entre atención primaria y hospitales. Esto está en la base del pacto político que dio origen al nacimiento del NHS: los médicos primarios continuaron siendo profesionales independientes, pero los hospitales se nacionalizaron todos.

Los principales mensajes del documento son:

  • Impulso decidido a la prevención y salud pública
  • El NHS dará pasos claros para romper la barrera entre atención primaria y hospitales, entre medicina física y mental, entre servicios sociales y sanitarios
  • Inglaterra es demasiado diversa para tener un solo enfoque organizativo
  • El liderazgo nacional apoyará la flexibilidad local

Nuevos modelos asistenciales: se proponen siete

Se dice claramente que no se quiere un número infinito de modelos. Parafraseando a Mao-Tse-Tung no se quiere “que florezcan 1000 flores”, como ocurrió al principio de la revolución cultural. Aunque variados, los modelos deben ser de número limitado y ser testados.

Los siete que se  proponen son:

  • Proveedor comunitario de multiespecialidad

Una especia de atención primaria que incorpora especialistas.

  • Servicios primarios y especializados

Posibilidad de un presupuesto capitativo delegado, similar a las ACO en Estados Unidos, España y Singapur

  • Redes de atención de urgencias y emergencias

Un sistema de potente triage clínico

  • Hospitales pequeños viables
  • Servicios especializados

Dónde la concentración es necesaria (cirugías especializadas, cáncer y otros servicios)

  • Servicios maternales modernos
  • Servicios de atención domiciliaria 

¿Cómo quieren lograr eso?

  • Apoyando diversas soluciones y liderazgo local
  • Liderazgo nacional del NHS alineado
  • Soporte a una política de personal actualizada
  • Explotando la revolución de la información
  • Acelerando la incorporación de la innovación útil
  • Incorporando eficiencia y mejoras en la productividad

 Primeras reacciones

 Las primeras reacciones han sido positivas. El British Medical Journal del pasado 30 de octubre publica un editorial y un análisis, ambos muy elogiosos en relación con el reto que se aborda.

El comentarista de la BBC Hugg Pim dice: “un gran cambio en la organización del NHS en Inglaterra, en muchos aspectos el cambio más radical desde el nacimiento del NHS en 1948”

 

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Gestión clínica: haber y debe

04/11/2014/en Notas /por ignacioriesgo

 

Ver PDF de la noticia (¿Es la gestión clínica la respuesta adecuada?)

Una rara unanimidad a favor

La gestión clínica obtiene una rara unanimidad a favor por parte de muchos actores del sistema sanitario (políticos, organizaciones profesionales, colegios profesionales,…). Tan rara unanimidad parece indicarnos que el concepto de gestión clínica puede ser polisémico y cada uno de los actores, al hacer los elogios, puede referirse a algunos atributos, supuestos o reales, de la gestión clínica que tal vez sean contradictorios entre sí.

Esta rara unanimidad no ha impedido la aparición de algunas polémicas, algunas absurdas:

  • La acusación por parte de la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública y ciertos sindicatos  y asociaciones políticas de las iniciativas de gestión clínica como parte de la privatización ([1], [2], [3])
  • La oposición de algunas Sociedades Científicas, acusando a las comunidades autónomas de proponer un modelo hueco ([4])
  • Ciertos debates de colectivos de Enfermería, en cuanto a la posibilidad por parte de las enfermeras de liderar Unidades de Gestión Clínica ([5])
  • Declaraciones del Presidente de FACME que trataban de alejar las Unidades de Gestión Clínica de las experiencias del “modelo Alzira” ([6]), algo sin duda insólito.

No obstante lo anterior, la opinión predominante coincide en la excelencia de la gestión clínica, tal y como lo demuestra el decálogo de FACME ([7]) y el acuerdo del Foro de la Profesión Médica ([8])

La gestión clínica no da respuesta a todos los problemas

Los retos de los sistemas sanitarios son de tal calibre (financiación, aumento de la demanda, reorientación hacia los crónicos, incorporación de tecnología, empoderamiento de los pacientes, etc.) que esto  nos permite afirmar que la gestión clínica (ya veremos luego lo que entendemos por esto) puede ser, en el mejor de los casos, parte de la solución, pero ni mucho menos es la solución, como a veces se presenta.

Qué es lo sustancial de la gestión clínica

Para nosotros, la gestión clínica puede ser todo o nada. Pero, en nuestra opinión, lo fundamental es la búsqueda de la efectividad clínica por parte de los clínicos. Si esa efectividad clínica se logra de manera eficiente, mejor. Enlazamos así con lo que es valor de la asistencia sanitaria en el concepto de Porter: valor en sanidad es el valor para el paciente al menor coste. Pero lo primero, valor para el paciente.

Este es el tema clave: valor para el paciente. Y esta es la pregunta que hay que hacerse ante las Unidades de Gestión Clínica, ¿aportan valor al paciente?.

Si lo único que aporta es un nuevo diseño organizativo, incentivos para los médicos, mayor autonomía de la Unidad con respecto a la Dirección del centro, mayor integración de distintos profesionales, etc., puede ser interesante, pero esto, en nuestra opinión, no es gestión clínica.

Activos y pasivos de la gestión clínica

Como todo fenómeno social y organizativo, hay que juzgarlo no sólo por lo que quiere ser o por lo que declara ser, sino por sus resultados contemplados históricamente. Dado que la gestión clínica viene ya de los años 80’ del pasado siglo, ya tenemos una cierta perspectiva histórica para analizar lo que pueden ser sus activos y pasivos.

Tratemos de reflejarlos en el siguiente cuadro:

 

Activos

Pasivos

  • Ciertas unidades punteras
  • Liderazgo médico
  • Mejor trabajo en equipo de médicos y enfermeras
  • Mayor implicación del médico en la gestión de recursos
  • Cultura de “contrato” y compromisos de actividad y calidad, con unos recursos dados
  • Reconocimiento del hospital como “burocracia profesional” (Mintzberg)

 

  • Poco énfasis en la efectividad y el valor para los pacientes
  • Excesiva insistencia en la eficiencia, como base de su justificación
  • Autonomía médica mal entendida
  • Caciquismo médico
  • Infravaloración de la gestión general
  • Determinadas ambiciones organizativas difíciles de lograr, lo que lleva a la frustración
  • Incentivos mal planteados
  • Se apoya demasiado en las especialidades médicas y no tanto en los procesos integrados
  • Ha representado un obstáculo para la introducción de otras innovaciones

 

Como cualquier iniciativa su plasmación histórica tiene aspectos positivos y negativos. Y la gestión clínica no es una excepción. Tiene muchos aspectos positivos, pero los negativos no escasean y hay que conocerlos.

Veamos cada uno de ellos.

Activos

Ciertas Unidades punteras

La gestión clínica ha estimulado el nacimiento de ciertas Unidades punteras, lo que no es un logro menor. Habría que citar a muchas, pero tal vez la Unidad del Corazón del antes llamado Hospital Juan Canalejo en A Coruña, impulsada por el Dr. Castro Beiras, sea un ejemplo, afortunadamente entre muchos.

Liderazgo médico

La gestión clínica subrayó la importancia del liderazgo médico. Y esto, en un momento de nacimiento del llamado gerencialismo, dónde parecía que toda la capacidad de gestión y de iniciativa se vinculaba al equipo directivo de un hospital fue algo muy importante.

Mejor trabajo en equipo de médicos y enfermeras

El nacimiento, ya en el siglo pasado, en nuestro país de las Direcciones de Enfermería al mismo nivel que las Direcciones Médicas tuvo, probablemente, algunos efectos positivos. Pero tuvo uno negativo, la ruptura de los equipos de trabajo conjuntos de médicos y enfermeras en determinadas Unidades hospitalarias. Esto trató de paliarse posteriormente con el nacimiento de las Direcciones Asistenciales, pero no cabe duda de que la gestión clínica en parte respondía a este reto de necesidad de equipos conjunto médicos-enfermería y contribuyó a su necesaria recomposición.

Mayor implicación del médico en la gestión de recursos

Un aspecto positivo de la gestión clínica es que implicó más al médico en la gestión de recursos. De alguna manera, se entiende que el médico no es sólo un “sanador”, sino que debe implicarse más en la gestión de recursos, sean estos personales o materiales.

Cultura de “contrato” y compromisos de actividad y calidad, con unos recursos dados

Este es un aspecto muy positivo de la gestión clínica. En algunas Unidades estos contratos representan incluso una especie de Plan Estratégico de la Unidad, junto con una cuantificación de los compromisos de actividad a realizar, con el nivel de calidad medible y sobre la base de recibir una serie de recursos. Este enfoque ha sido muy relevante en nuestras organizaciones hospitalarias y ha contribuido de manera notable a su modernización y desburocratización.

Reconocimiento del hospital como “burocracia profesional” (Mintzberg)

Este tema es clave. En la terminología de Mintzberg, los hospitales, y las organizaciones sanitarias en general, son lo que él llama burocracias profesionales, organizaciones dónde el poder real no reside tanto en la cúpula de la organización como en el núcleo operativo. Al reconocimiento de esta realidad ha contribuido mucho la gestión clínica.

Pasivos

Poco énfasis en la efectividad y el valor para los pacientes

El debate sobre los criterios organizativos, el contrato de gestión, los incentivos, y otros aspectos importantes, ha sido tan central, que casi se nos olvida el verdadero objetivo de la gestión clínica: aportar valor a los pacientes. Las Unidades de Gestión Clínica sólo son positivas y están justificadas si aportan valor a los pacientes. Este criterio elemental de medición a veces se ha escapado entre tantos otros elementos que se ponían encima de la mesa.

Excesiva insistencia en la eficiencia, como base de su justificación

Obviamente, no estamos patrocinando la ineficiencia, pero existe lo que se llama jerarquía de valores. La eficiencia es importante, pero primero va la efectividad y el valor para los pacientes. Y esto sí que es un pecado mortal, como diría el catecismo. En este sentido, en el famoso decálogo de FACME se hace mucho énfasis en la eficiencia, pero no tanto en el valor para el paciente como justificación de cualquier iniciativa de gestión clínica.

Autonomía médica mal entendida

Aunque sería muy largo de explicar, algunas realidades de la gestión clínica hacen demasiado énfasis en lo que podríamos llamar “viejo profesionalismo”, basado en el énfasis de la autonomía médica. 

El viejo profesionalismo hace énfasis en la auto-regulación de los médicos, como único instrumentos de control profesional. Pero se han sentado las bases de un “nuevo profesionalismo” basado en la transparencia y la rendición de cuentas.

Además, la incorporación masiva de ordenadores a la práctica médica rompió la caja negra que eran los consultorios, los quirófanos o los entornos en los que la práctica médica se desarrollaba. Ahora permite establecer perfiles de práctica y esta digitalización de la medicina es la base que permite la transparencia.

Con lo que no ha acabado es con la nostalgia de muchos médicos en prácticas ligadas al viejo concepto de autonomía. Basta hablar en España con algún médico que ejerció la profesión en los años 1960’ o anteriores, para dase cuenta de la dificultad que tienen para entender lo que ellos llaman “intromisión” en su práctica por parte de las administraciones sanitarias, sean públicas o privadas.

Este “viejo profesionalismo” sigue en el subconsciente de muchos médicos o, de manera explícita, en las declaraciones de algunos Colegios Profesionales o asociaciones médicas, y también en algunas iniciativas ligadas a la gestión clínica.

Caciquismo médico

El liderazgo médico, algo sumamente positivo, tiene, sin embargo, una cara negativa: el caciquismo médico, entendiendo por caciquismo un poder no tanto orientado al valor para el paciente, sino un poder mantenido en base a equilibrios de concesiones mutuas con los colegas. Lamentablemente, nuestras organizaciones hospitalarias, con el régimen estatutario y el desequilibrio gestión/derechos profesionales, a favor de los segundos, puede favorecer esta situación.

Infravaloración de la gestión general

Existe una opinión bastante generalizada, incluso a veces ante los gestores, de que la gestión general debe preocuparse de lo no sanitario: el presupuesto, el edificio, el mantenimiento, las compras, la limpieza, etc. Mientras que la actividad asistencial, por lo tanto lo que es core de las organizaciones sanitarias, debe dejarse a la autonomía profesional. Algunos defensores de la gestión clínica se apuntan a esta filosofía.

Craso error, la primera responsabilidad de un gestor es preocuparse de lo que es core de su organización. En el caso de un hospital, del tipo de asistencia que se da, es decir, de la mortalidad operatoria, del tiempo que transcurre en la atención adecuada a los infartos de miocardio, de la utilización de los antibióticos, etc. Estos son los temas de un gestor hospitalario. Naturalmente, para su abordaje sólo puede hacerlo en diálogo con los clínicos.

Esto, que vale para los gestores, también vale para los clínicos: determinados aspectos fundamentales de su actividad asistencial sólo puede abordarlos en diálogo con la gestión del centro. Aquí no valen periclitadas autonomías.

Determinadas ambiciones organizativas difíciles de lograr, lo que lleva a la frustración

La mayor parte de los hospitales del Sistema Nacional de Salud son hospitales de gestión directa y, por lo tanto, organismos administrativos. A pesar de ser organismos administrativos, la práctica ha demostrado que no son incompatibles con el surgimiento de islas de innovación, cuando hay un clinical leadership, es decir, una vinculación colectiva de los clínicos, a ciertos planteamientos de calidad en la atención.

Pero muchas veces las Unidades de gestión clínica platean tales ámbitos de autonomía (en la contratación de personal y compra de materiales, en la disposición de un presupuesto propio, en determinados incentivos,…) que chocan frontalmente con ciertas capacidades de la organización. Muchas veces se pide para la Unidad de Gestión Clínica ámbitos de autonomía que no tiene la propia organización hospitalaria. Esto necesariamente conduce a la frustración.

Incentivos mal planteados

Sin duda, un diseño adecuado de la gestión clínica conlleva incentivos, también económicos. Pero lo que hemos visto en la práctica es que determinados servicios “de alto gasto”, como pueden ser los de cardiología, plantean los incentivos sobre la base de ahorros en las compras de materiales. Un error. ¿Quiere esto decir que los servicios que tienen poco gasto en materiales no pueden plantearse incentivos?. Los incentivos son necesarios, pero su diseño debe ser muy riguroso y ahí no valen atajos para determinadas especialidades.

Se apoya demasiado en las especialidades médicas y no tanto en los procesos integrados

En el hospital del futuro las especialidades médicas van a perder peso como criterio organizativo (no, por supuesto, como ámbito de conocimiento). Precisamente, toda la idea de las Unidades Integradas de gestión de Michael Porter quitan importancia a las especialidades médicas para dárselo a los procesos integrados, al que se vinculan varios especialistas y profesionales.

Esto no ha sido históricamente el enfoque de la gestión clínica, que hace más énfasis en la fusión de especialidades  (Urología y Nefrología, Cardiología y Cirugía Cardíaca, etc.) que en la identificación de Unidades integradas basadas en “condiciones clínicas”.

Cuando se crearon las primeras unidades de gestión en el Clínic de Barcelona, parecía darse más importancia a la descentralización de la gestión que a la creación de Unidades integradas de gestión.

Ha representado un obstáculo para la introducción de otras innovaciones

Si resulta que la gestión clínica es la panacea universal y lo resuelve todo, no ha lugar a preocuparse por otras cosas. En este sentido, la gestión clínica ha actuado como un freno a la introducción de ciertas innovaciones en nuestro país: técnicas de Managed Care, Complex Care Management, integrated care, Triple Aim, etc.

 

Reflexiones finales

  • La gestión clínica es una iniciativa interesante que tiene en cuenta la naturaleza de las organizaciones sanitarias como “burocracias profesionales”.
  • Ha implicado al médico en la gestión de recursos, lo que es bueno.
  • Ha representado una revitalización de ciertas organizaciones de carácter muy administrativo, como son los hospitales públicos en nuestro país.
  • Sin embargo, muchas veces el énfasis en la eficiencia y en los aspectos organizativos, ha alejado a las Unidades de Gestión Clínica de su verdadero objetivo: la aportación de valor a los pacientes.
  • El eje sobre el que se deben construir las Unidades de Gestión Clínica no es tanto el de las especialidades médicas sino los grandes procesos asistenciales (“condiciones clínicas”, en la terminología de Michael Porter)
  • El concepto de liderazgo médico es muy importante en la definición de las Unidades de Gestión Clínica. Sin embargo, sin negar la relevancia de los liderazgos individuales, lo importante es el clinical leadership o liderazgo médico colectivo. Sólo esta implicación del conjunto de los médicos y los clínicos en el proyecto y los resultados tiene interés.
  • Por supuesto, las Unidades de Gestión Clínica no son la solución a todos los problemas y retos del sistema sanitario, como a veces parece deducirse de ciertas declaraciones.
  • El impulso a las Unidades de Gestión Clínica no debe ser ajeno a incorporar a nuestro medio experiencias renovadoras de relevancia global: Managed Care, Triple Aim, Complex Care Management, Clinical Leadership, Integrated care, etc.

 

 


[1] FSP-UGT rechaza el modelo de gestión clínica y alerta ante la “privatización encubierta”, http://www.ugtcyl.es/portal/fsp-ugt-rechaza-el-modelo-de-gestion-clinica-y-advierte-de-una-privatizacion-encubierta

[2] Podemos contra la regulación de las Unidades de Gestión Clínica, http://www.acueducto2.com/podemos-contra-la-regulacion-de-las-unidades-de-gestion-clinica/8491

[3] Nuevas vías para la privatización del sistema sanitario. Una gran alianza neoliberal para apoderarse de la sanidad pública, Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública, mayo 2014

[4] La SERAM delcara la “guerra” al modelo “hueco de gestión clínica” que proponen las comunidades autónomas, Redacción Médica, 7 febrero, 2014

[5] Enfermería defiende su derecho a liderar la gestión clínica como indica la Ley, Redacción Médica, junio 2014

[6] Declaraciones del Presidente de FACME: “FACME reclama a los gerentes la creación de Unidades de Gestión Clínica, Redacción Médica, 7 de febrero, 2014

[7] FACME: Decálogo para el desarrollo de la gestión clínica en el Sistema Nacional de Salud, diciembre 2013

[8] Acuerdo Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad-Foro de la Profesión Médica, febrero 2013

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2014/11/751624D1-8799-45CA-8210-2DD3311E32ED.jpeg 872 1540 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-11-04 10:36:342021-11-11 16:39:27Gestión clínica: haber y debe

El reto de la productividad en sanidad (2014)

28/09/2014/en Notas /por ignacioriesgo

Captura de pantalla 2016-05-22 a las 16.52.55

 

 

Ver PDF de la noticia (NHS-productivity-Kings-Fund)

La discusión de la productividad ha estado en general ausente en sanidad. Sin embargo, un sector que representa en torno al 9% del PIB y que tradicionalmente ha crecido por encima del PIB necesita una reflexión sobre este tema.

Un documento relevante

Esto es lo que ha hecho el King’s Fund en la publicación The NHS productivity challenge, mayo 2014 (ver PDF).

Previsiones de crecimiento

Todo parte de que en los últimos trece años de 1997/8 al 209/10, el gasto del NHS en Inglaterra se dobló en términos reales y el % sobre el PIB pasó del 5,2% a por encima del 8%.

Sin embargo, las previsiones es que para 2015/16 la financiación alcance un crecimiento marginal del 0,1% y, más allá, las previsiones son de un crecimiento 0 para los cinco años hasta 2020/21.

Los enfoques y respuestas tradicionales ya no valen

Los enfoques tradicionales de enfrentarse a una reducción del presupuesto son el cierre de camas y el crecimiento de la listas de espera . Existe la percepción generalizada de que ese enfoque ya no vale.

Cómo los proveedores pueden maximizar las ganancias en productividad

Parafraseando a Peter Drucker no “haciendo las cosas correctamente”, sino “haciendo las cosas correctas”. El documento identifica tres grandes áreas de las que extraer ahorros y, por esa vía, incrementar la productividad:

  •  Recursos humanos (bajas por enfermedad, flexibilidad, volumen de trabajo)
  • Práctica clínica (mejores prácticas, prescripción)
  • Commissioning, compra de servicios (admisiones no planificadas, atención de largo término, asistencia integrada, localización de la atención

El documento analiza también ideas de productividad para cualquier proveedor.

Qué determina la productividad

Se estudia también, para extrapolar a sanidad, qué determina la productividad en cualquier organización. Hay impulsores internos (talento de gestión, calidad del personal, utilización de tecnologías de la información, innovación en producto,…), así como otros externos (competencia, regulación adecuada,…).

¿Hacen falta más recursos en sanidad?

Para los autores es evidente que los servicios sanitarios y sociales van a requerir más recursos. Sin embargo, lo que es crítico es que estos nuevos recursos no vayan a financiar los servicios y estructuras existentes, sino que representen una financiación explícita para nuevos modelos de atención en los entornos de atención primaria y comunitaria, así como a ayudar al sector hospitalario a realizar la transición.

¿Tiene esto interés para España?

Es probable que en el sistema público español se haya producido una gran mejora de la productividad, pero eso es debido fundamentalmente a los “recortes” sobre todo en personal, tanto gastos en salarios como en dotación de personal. Pero esto tiene un límite, como medida de mejora de la productividad. Hay que avanzar en mejoras de la productividad aplicando muchas de las cosas que dice el King’s Fund.

Por otra parte, gran parte de los “recortes” se han compensado mediante crecimientos notables de las listas de espera, que ya no parecen preocupar a nadie.

En ese contexto parece que la única solución es la llamada “gestión clínica”, presentada como la panacea universal para todos los males del sistema.

Pero en España necesitamos una reflexión en profundidad sobre los retos de la productividad en nuestro sistema sanitario y qué consecuencias hay que extraer de esos nuevos retos.

 

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-16.52.55.png 874 614 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-09-28 14:40:532021-11-02 11:53:57El reto de la productividad en sanidad (2014)

Nuevo enfoque de las urgencias no hospitalarias

19/08/2014/en Notas /por ignacioriesgo

Captura de pantalla 2016-05-22 a las 17.13.36

 

Ver PDF de la noticia (Race-Is-On-to-Profit-From-Rise-of-Urgent-Care-NYTimes.com)

Los centros de urgencias no hospitalarios, una especie de retail clinics para urgencias, se han convertido en uno de los segmentos de mayor crecimiento de la sanidad americana.  Se considera que es un negocio de 14.500 millones de dólares. El fenómeno ha sido analizado en un reciente artículo de Julie Creswell publicado en el New York Times en julio de 2014 (ver PDF)

Uno de los grupos es Physician One, basado en Connecticut, que tiene 8 centros de urgencias y es propiedad de dos firmas de private equity.

Modelo de negocio

El modelo de negocio es sencillo: tratar cuantos más enfermos sea posible lo más rápidamente posible. Es una propuesta de bajo margen y volumen alto. La mayor parte de los pacientes están fuera en 30 minutos. La media nacional de coste de una urgencia es 150 dólares.

Estas clínicas no tratan más que a pacientes asegurados o de pago directo, ya que, al revés que las áreas de Emergencias en los hospitales, no tienen obligación de tratar a todo el mundo, aunque los reguladores están al acecho.

El reto es construir una gran cadena con marca nacional- como McDonald’s o GAP en salud.

Factores que impulsan en crecimiento de estos centros

Dos factores que estimulan el crecimiento de estos centros son comodidad y coste. La media de coste por ser tratado de una bronquitis crónica en un centro de urgencias es de 122 dólares, mientras en un hospital es 814 dólares. Tales diferencias en coste no sólo importan a las aseguradoras, sino también a consumidores con deducibles altos.

Entre 5.000 y 6.000 de estas clínicas en Estados Unidos

El número de estas clínicas que hay en USA se estima entre 5.000 y 6.000. La diferencia de las estimaciones viene dado por las diferencias de concepto de lo que son centros de urgencias. Según Mr. Chapman, un experto en el tema, un centro de urgencia no es un simple consultorio, sino un dispositivo que tiene radiología y es capaz de hacer suturas, abierto al menos un día a la semana.

Aseguradores, hospitales y firmas de private equity están en la carrera

El gigante asegurador Humana pagó cerca de 800 millones de dólares en 2010 por comprar Concentra, la red nacional más grande de centros de urgencias, con cerca de 300 actualmente.

Incluso los hospitales se han apuntado a esa tendencia. El Florida Hospital, en Orlando, ha abierto 24 centros de urgencias extrahospitalarias..

Pero los compradores más agresivos han sido firmas de private equity. En 2010, General Atlantic y Sequoia Capital, dos firmas de private equity, adquirieron un participación en MedExpress Urgent Care, que operan 47 clínicas en cuatro estados. Hoy en día MecExpress tiene 130 clínicas en 10 estados.

¿Tiene futuro esta forma asistencial?

¿Tiene futuro esta forma de asistencia?. Creemos que sí. Obviamente no va a sustituir a las urgencias hospitalarias, pero tendrán un amplio recorrido, en esa tendencia general de la “retailización” de la asistencia sanitaria. Y no sólo en Estados Unidos.

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-17.13.36.png 537 1576 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-08-19 12:55:322021-11-02 06:37:15Nuevo enfoque de las urgencias no hospitalarias

Sanidad pública: un paseo por la realidad (2014)

18/08/2014/en Notas /por ignacioriesgo

Captura de pantalla 2016-05-22 a las 17.16.40

 

Ver PDF de la noticia (Sanidad pública: existe la realidad | Opinión | EL PAÍS)

Enrique Costas Lombardía ha sido, a lo largo de muchos años, un agudo observador de la realidad sanitaria. Fue secretario de la Comisión Abril y principal artífice del Informe que lleva el nombre en honor del Presidente de la Comisión, Fernando Abril Martorell. Los artículos de Enrique Costas, habitualmente publicados en “El País”, han enfocado de forma lúcida y no complaciente los problemas de nuestro sistema sanitario.

Su último artículo del pasado 15 de agosto de 2014 se titula Sanidad pública: existe la realidad. Es una extraordinaria exposición de los problemas de nuestro sistema, habitualmente tan halagado y visto de forma acrítica por la mayor parte de los analistas.

¿Qué dice Enrique Costas?. Nada sustituye a la lectura del artículo, por otra parte no muy largo (ver PDF), pero si tuviera que hacer un resumen de las principales ideas, este sería:

  • Las largas listas de espera embalsan y ocultan la demanda desatendida y permite que el Sistema Nacional de Salud recortado muestre una apariencia de normalidad. Hasta ahí el debe del Gobierno.
  • Los restantes partidos políticos aparte de invocaciones elogiosas del sistema, son más bien parcos en la propuesta de soluciones para sus problemas. A destacar el PSOE, en teoría el principal adalid del sistema, que no va más allá de prometer continuamente que, cuando gobierne, revertirá las medidas adoptadas. Como si la vuelta a una Arcadia feliz y que nunca existió fuera un programa de gobierno.
  • Hay dos hechos que son ignorados por todos los Partidos:
    1. La disciplina de los mercados, que no toleran el déficit público.
    2. La necesidad de combatir el déficit, ya que como Enrique Costas muy certeramente dice, el sistema nunca se ha financiado sólo por impuestos, sino por impuestos más deuda.
  • Los días de despreocupación por el dinero público han pasado y el Sistema no puede seguir viviendo en las nubes sostenido por un déficit continuo. Sólo aceptando esta realidad podrá sobrevivir nuestra sanidad pública.
  • El primer acto de una reforma seria ha de ser hacer viable el Sistema, ya desprovisto de la financiación sumergida del déficit y con presupuestos muy acotados, que deberán hacer frente a una demanda expansiva y con nuevas tecnologías cada vez más caras. La conclusión es que para mantener este sistema viable no es suficiente con el dinero público y tiene que incorporarse dinero privado (llámense copagos, pagos por determinados procedimientos, seguros, etc., siempre modulados por la renta). Como dice el autor del artículo, dinero privado para salvar la sanidad pública.
  • ¿Qué lo anterior puede tener efectos indeseables?. Sin duda, pero menos que una sanidad pública degradada.

No son frecuentes en nuestro medio sanitario, este tipo de análisis tan directos y certeros.

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-17.16.40.png 560 1510 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-08-18 18:18:572021-11-02 11:54:27Sanidad pública: un paseo por la realidad (2014)

Complex Care Management: parte de la solución

07/08/2014/en Notas /por ignacioriesgo

Captura de pantalla 2016-05-22 a las 17.19.29

 

Ver PDF de la noticia (Complex Care Management)

El Complex Care Management (CCM): una estrategia nueva de reducción de costes y mejora de la calidad

Hay un cierto consenso entre los analistas de la organización de la atención sanitaria de que la gestión de los pacientes con condiciones complejas y de alto coste es parte de la solución de los problemas de coste y calidad.

Recientes publicaciones sobre el tema

Esto se presenta en el reciente artículo en el NEJM (August 7, 2014) de Clemens Hong y colaboradores titulado: Toward Increased Adoption of Complex Care Management (ver PDF), casi simultánea a la aparición por parte del Commonwealth Fund en 2014 del documento del mismo autor titulado Caring for high-need, high-cost patients: what makes for a successful care management program?,  (http://www.commonwealthfund.org/publications/issue-briefs/2014/aug/high-need-high-cost-patients) dónde analiza 18 programas de Complex Care Management con el fin de ir definiendo best-practices en esta actividad, nueva en gran medida en sanidad.

Hay evidencia creciente de que la utilización de equipos especialmente formados en Complex Care Management (CCM, Gestión de casos complejos) mejora los resultados y reduce los costes al abordar las necesidades de una pequeña parte de la población, pero responsable de un alto porcentaje del gasto sanitario.

Sucesivas cohortes de pacientes de alto riesgo seguidos desde el 2006 al 2012 por el Massachusetts General Hospital lograron ahorros del 4, 8 y 19% al utilizar técnicas de Complex Care Management.

Barreras para la adopción del CCM

Sin embargo hay barreras para su adopción. Veamos las más importantes:

  • La organización de los servicios sanitarios en base al fee-for-service (pago por actividad)
  • Los costes (en sistemas de información y formación del personal)
  • La insuficiente integración de los proveedores
  • El Complex Care Management debe estar basado en una atención primaria bien desarrollada, lo que no siempre es el caso
  • Falta de experiencia en los detalles operativos por parte de los proveedores
  • Los enfoques analíticos y de TI para un efectivo Complex Care Management deben desarrollarse más, así como nuevos algoritmos
  • Información concreta sobre ahorros netos por el desarrollo del CCM

El CCM, esencial en cualquier estrategia de futuro

La extensión de la CCM es básica en cualquier estrategia sanitaria que pretenda controlar los costes y mejorar la calidad.

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-17.19.29.png 200 1464 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-08-07 08:25:382021-11-02 06:31:24Complex Care Management: parte de la solución

La “retailización” de los servicios sanitarios

16/07/2014/en Notas /por ignacioriesgo

 

Ver PDF de la noticia (Retailizacion-servicios-sanitarios)

 

En el  número del 15 de julio de 2014, de la newsletter Healthcare Europa, la interesante iniciativa dirigida por Max Hotopf, que informa sobre los movimientos de compra venta de compañías de sanidad en Europa y las principales tendencias del sector, se contiene un breve artículo sobre La “retailización” de los servicios sanitarios (ver PDF).

Tomando como ejemplo Italia, dónde este fenómeno está avanzando rápidamente, se comenta que la “retailización” significa dos cosas:

  • Acceso más fácil a los servicios, con amplios horarios, sin colas y servicios prácticamente en todas partes (grandes almacenes, farmacias, establecimientos de conveniencia, etc.)
  • Precios mucho más baratos que en la oferta tradicional

La demanda de servicios sanitarios ha estado muy estrictamente regulada por los gobiernos y la profesión médica. De todas las industrias del mundo quizá la que tiene más demanda insatisfecha es precisamente la sanidad.

La “retailización” y la web posiblemente estén cambiando una industria que representa, según el Banco Mundial, el 10% del PIB global.

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2014/07/7AFDE2EF-6D64-4170-91AE-9B6ED37E68B7_4_5005_c.jpeg 134 834 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-07-16 05:34:592021-11-02 06:28:12La “retailización” de los servicios sanitarios

¿Médicos o mejor robots?

07/07/2014/en Notas /por ignacioriesgo

Captura de pantalla 2016-05-22 a las 17.21.59

Per PDF de la noticia (Robot doctors, online lawyers and automated architects: the future of the professions? | Technology | The Guardian)

The Guardian publicó recientemente (15 junio, 2014, ver PDF) un artículo sobre el impacto de la tecnología en diversas profesiones: abogados, arquitectos y médicos.

No sólo están amenazados los empleos de baja cualificación

Periodistas de Associated Press hicieron un análisis de qué empleos se iban a perder por las nuevas tecnologías.  El estudio ser realizó en 20 países, con entrevistas a expertos, desarrolladores de software y directivos de empresas. Encontraron que casi todos los empleos que habían desaparecido en los últimos cuatro años no eran sólo de baja cualificación y mal pagados, sino también posiciones bien remuneradas en carreras tradicionalmente consideradas como medias. El software ha ido desplazando a administradores y empleados de agencias de viaje, contables y secretarias a un ritmo alarmante.

Los empleos basados en el conocimiento se suponía que eran opciones más seguras, ya que los largos años de estudio para un abogado o un arquitecto garantizarían una vida con un empleo lucrativo. Esto ya no es el caso.  El inversor de Silicon Valley Vinod Khosla predice que los algoritmos y las máquinas reemplazarán al 80% de los médicos en una generación.

El caso de los médicos

Es sólo cuestión de tiempo que el diagnóstico más complejo pueda ser hecho por máquinas. Todo consiste en facilitar al ordenador la información. Una vez que la tiene, es capaz de considerar miles o millones más parámetros de lo que cualquier humano pueda tener en su cabeza.  Todavía se necesitarán médicos para facilitar el “contacto humano”, pero gran parte de su actividad podrá ser sustituida.

Pensemos en el software para reconocer y diagnosticar imágenes radiológicas o los robots para intervenciones quirúrgicas.

No se prevé que sobren médicos

A pesar de lo anterior, no se prevé que sobren médicos. Hay que tener en cuenta que sólo en Estados Unidos la previsión es que para 2020 haya una escasez de 91.500 médicos. Todo ello sin pensar en África, que con el 25% de la carga de enfermedad, tiene el 1,3 % de los profesionales sanitarios.

Un gran cambio en la práctica médica

Todo lo anterior significará un gran cambio en la práctica médica. Los médicos seguirán siendo necesarios pero, en un altísimo porcentaje, no para lo que hacen ahora.

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-17.21.59.png 948 1496 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-07-07 17:11:182021-11-02 06:27:05¿Médicos o mejor robots?
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