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El futuro de las organizaciones sanitarias (2016)

27/06/2016/en Notas /por ignacioriesgo

El pasado 23 de junio de 2016, invitado por el II Congreso de la OEHSS, hice una presentación sobre el futuro de las organizaciones sanitarias.

Presentación La Granja, 23 jun, 016

Resumen de la presentación:

 

Una mirada al pasado

Se parte de los temas abordados por las organizaciones sanitarias públicas en España en los años 80′ y 90′ del pasado siglo:

  • Autonomía de los hospitales
  • Análisis de costes
  • Presupuesto prospectivo
  • Cuenta de resultados por centros

Es decir, había en esa época una cierta disposición a introducir cambios de calado, incluso asumiendo un cierto conflicto.

En este campo las transferencias representaron un cierto retroceso, ya que desapareció el INSALUD como tampón técnico, no siendo sustituido por nadie, y se implantó la hegemonía de las Consejerías, no siempre muy sensibles a la problemática específica de las organizaciones sanitarias.

Es así que lo que se pide a los Gerentes hoy en día es fundamentalmente paz social, buena imagen y resultados en indicadores de acceso, sobre todo listas de espera. Pero no hay tanta exigencia en lo que se refiere a calidad de los servicios o nivel de salud de la población.

Por otra parte, la crisis económica ha significado un gran descenso del gasto público en sanidad, bajando este gasto en cifras absolutas. En Europa, sólo los países en rescate (Irlanda, Grecia, Portugal), junto con España, han tenido bajadas en valores absolutos del gasto sanitario público. En el resto de los países se ralentizó el crecimiento. El gasto público sanitario bajó en 2010, 2011, 2012 y 2013. Sólo en el 2014 hubo un ligero repunte.

El Gobierno central se ha mostrado extraordinariamente efectivo en la reducción del gasto público sanitario, por medio de una serie de acciones:

  • Acciones sobre el personal
  • Acciones sobre la industria farmacéutica
  • Congelación de las inversiones

Lo que no hubo en este período fueron reformas estructurales. Lo más parecido a reformas estructurales fueron la introducción del copago farmacéutico a los pensionistas y las medidas para el pronto pago a los proveedores.

Como consecuencia de estas medidas, hemos cambiado de liga en sanidad, pasando de estar casi en la media de la UE-28 en gasto sanitario per capita y en % del PIB dedicado a gasto sanitario público a estar casi en la cola.

Esto ha producido un cierto grado de deterioro del sistema sanitario.

Los nuevos paradigmas

Los nuevos paradigmas que influyen en las organizaciones sanitarias son:

  • la industrialización de la medicina, el énfasis aquí se hace en estandarización de procesos, incorporación de tecnología y nuevos roles profesionales.
  • el triple objetivo (el triple aim), aquí se pone el foco en la salud de la población cubierta, la experiencia de la atención sanitaria y el coste per capita.
  • la atención integrada, en este caso teniendo en cuenta el envejecimiento de la población y el aumento de prevalencia de enfermedades crónicas, lo que se requiere es un esfuerzo en la prevención, auto-cuidados, mejores estándares de atención primaria y atención que esté bien coordinada e integrada

Por distintas razones, no se incluyen entre los paradigmas de futuro de las organizaciones sanitarias a la gestión clínica, por pensar que esto no es más que una respuesta a ciertos problemas de la organización hospitalaria, cuya importancia se ha claramente exagerado.

Los cambios en las organizaciones sanitarias

Tras analizar los cambios pendientes (autonomía de gestión, superación del régimen estatutario, gobernanza, profesionalización de la gestión), se analizan los que se consideran los 10 cambios que vienen en las organizaciones sanitarias:

  1. Repensar la organización para adaptarla a las nuevas tendencias sobre la atención centrada en el paciente.
  2. Más énfasis en la continuidad asistencial.
  3. Gestión de base poblacional (PHM).
  4. Diseño de procesos clínicos e industrialización de procesos protocolizables.
  5. Un papel más central de las tecnologías.
  6. Cambios en el lugar de atención y cierto desplazamiento de los hospitales.
  7. Reorientar los hospitales hacia la fragilidad geriátrica.
  8. Liderazgo ampliado e implicación de los médicos en la gestión.
  9. Redefinir roles profesionales.
  10. Repensar las relaciones público/privado

Sanidad: la mayor oportunidad de negocio de la historia de la Humanidad

Todas las estimaciones dicen que sanidad pasará de representar a nivel global 6,6 «trillions» de dólares americanos en el 2014 a 12 «trillions» en el 2020. Prácticamente va a duplicar su tamaño.

El gran impulso al crecimiento es la tremenda disparidad de gasto sanitario en el mundo y el crecimiento de las clases medias, sobre todo en Asia, Latinoamérica e incluso en África. Tengamos en cuenta que el gasto en Estados Unidos per capita es de 9.500 $/año, en los países de la OCDE sin Estados Unidos es aproximadamente de 3.000 $, pero en el resto de la población («sólo» 5.800 millones de habitantes) el gasto en sanidad/año es de 90 $.

 

 

 

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/06/D172EECB-5F17-49F5-8A83-27C68B04A1D2.jpeg 628 870 ignacioriesgo ignacioriesgo2016-06-27 15:48:242021-11-02 11:44:51El futuro de las organizaciones sanitarias (2016)

Qué queremos decir por industrialización de la medicina

22/02/2016/en Mis artículos /por ignacioriesgo

Captura de pantalla 2016-05-22 a las 17.33.38

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¿Qué queremos decir con “industrialización de la medicina”?

La revista New Medical Economics me propone – y se lo agradezco muy sinceramente- un reto interesante. Resumir en aproximadamente 800 palabras el contenido de mi reciente libro “¿Médicos o robots?. La medicina que viene” ([1]). Teniendo en cuenta que el libro tiene nueve capítulos y más de trescientas páginas, ya se puede entender que la tarea no es fácil.

El título del libro puede confundir, pero de lo que trata, en esencia, es de la industrialización de la medicina.

Se parte de la constatación de que la medicina y la sanidad son hoy en día un gran sector económico, pero cuya actividad central, la relación médico/enfermo, sigue siendo artesanal, es decir, influida por las características personales del artesano, en este caso el médico.

Esto, en la época preindustrial, en la que la relación médico/enfermo era prácticamente la única actividad de la sanidad, era comprensible. “Soy un hombre que está a solas con otro hombre, como en una isla desierta”, decía un famoso clínico berlinés en el siglo XIX. Pero ocurre que, en los últimos tiempos, la relación médico/enfermo sigue siendo la actividad central de la medicina, pero está rodeada de una conjunto muy variado de instituciones y empresas públicas y privadas (Administraciones, aseguradoras, empresas farmacéuticas, empresas de tecnologías médicas, hospitales, laboratorios varios, etc.). Todo un complejo sector, que en los países industrializados alcanza entre el 9-10% del PIB (18% en Estados Unidos). De isla desierta, nada. Más bien esta relación médico/enfermo se parece ahora al concurrido camarote de los hermanos Marx, en la famosa película “Una noche en la ópera”.

Se da así, de forma clara, una posible contradicción entre este gran sector industrial y la actividad central sobre la que se asienta, que es la relación médico/enfermo, por otra parte determinante, en gran medida, de la calidad y coste de la asistencia que se ofrece.

¿Cómo ese gran sector va a asentarse sobre una actividad de base artesanal?. Como sector industrial, sus instituciones y empresas, y también los pacientes, exigen predecibilidad en calidad y costes, justamente lo que no puede ofrecer un sector artesanal. Por eso decimos que la medicina está sujeta a una tardía –en relación con otros sectores- industrialización.

¿En qué consiste la industrialización?. Vamos a empezar al revés, por lo que no es. Entre los médicos la simple palabra industrialización les asusta, interpretándola muchas veces como despersonalización. Pero nada más falso. Siempre la medicina será la aplicación de la ciencia médica general a las características y preferencias personales de cada individuo.

¿Qué es entonces la industrialización en la medicina?. Consiste en la transformación que se da en la relación médico/enfermo, como consecuencia de tres fenómenos: incorporación de tecnología, estandarización de procesos y cambio de roles profesionales.

La relación médico/enfermo seguirá siendo una relación privada, no pública, pero, y ese es el gran cambio, sometida a escrutinio. El médico ya no responde sólo ante sí mismo y ante los colegas –como en el profesionalismo tradicional- sino ante el conjunto de instituciones y empresas que operan en el sector sanitario, que sin estar presentes físicamente en la relación médico/enfermo, aportan valor a la misma y tienen el derecho a conocer y evaluar tanto la calidad como el coste que se genera como consecuencia de esa relación. La historia clínica electrónica permite este escrutinio, imposible de hacer cuando la relación médico/enfermo quedaba escondida en el papel.

De los tres grandes componentes de la industrialización de la medicina, el más difícil de asumir y de implantar, y el que más resistencias va a encontrar, es el cambio de roles profesionales. Será mucho más fácil la incorporación de tecnología y la estandarización de procesos. Partimos de la base de que de lo que hace actualmente el médico, muchas cosas podrán ser sustituidas por máquinas (ordenadores y robots) y otras muchas por otros profesionales, fundamentalmente enfermeros. ¿Qué es entonces lo que queda al médico?. Algo fundamental: la comunicación con el paciente y la orientación de casos complejos. El médico debe estar en la “medicina narrativa”, ayudando al paciente a elaborar una narrativa propia de su enfermedad. Precisamente las grandes eficiencias que vemos en algunas instituciones sanitarias indias (Aravind, Apollo, etc.), que logran hacer ciertas intervenciones por menos de la décima parte del coste que en los países occidentales, vienen dadas, en gran medida, por la juiciosa utilización del trabajo médico, sustituyendo lo que puede ser suplido por la labor de otros profesionales.

De esto trata el libro. De situar este gran cambio en la historia de la medicina; del análisis de los impulsores de este cambio; y, de su profundo impacto sobre los profesionales, las instituciones y la política sanitaria.

[1] Ignacio Riesgo

¿Médicos o robots?. La medicina que viene.

Editorial Rasche, 2015

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-17.33.38.png 525 650 ignacioriesgo ignacioriesgo2016-02-22 15:35:422016-02-22 15:35:42Qué queremos decir por industrialización de la medicina

La medicina del futuro: de la artesanía a la industria

09/12/2015/en Mis artículos /por ignacioriesgo

Entrevista publicada en La Nueva España (Oviedo), en diciembre de 2015, a raíz de la aparición del libro «¿Médicos o robots?. La medicina que viene».

 

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  • ha escrito un libro titulado ¿Médicos o robots?. ¿ Cual es el mensaje fundamental del libro?

El libro es realmente sobre industrialización de la medicina. Parto de la base de que la actividad central de la medicina y la sanidad ha sido y es la relación médico/enfermo y esta ha sido tradicionalmente una actividad artesanal, en el sentido de que sus principales características venían dadas por el artesano, en este caso el médico. Aunque tardíamente en relación con otros sectores, la medicina está experimentando una industrialización, con la incorporación a esta relación médico/enfermo de tecnología, estandarización de procesos y cambio de roles profesionales. Como en otros sectores, este cambio va a significar servicios de más calidad, más baratos y más accesibles a nuevas capas de la población.

Algunos médicos temen a la industrialización, equiparándola con despersonalización. Pero nada más alejado de la realidad, siempre la medicina será la aplicación de la ciencia médica a las características particulares de cada individuo.

  • ¿En qué fase nos hallamos actualmente? ¿Cuáles son sus características definitorias?

Hacia finales del siglo XIX el gran clínico berlinés Scheweninger decía al referirse a la relación médico/enfermo: “Soy un hombre que está a solas con otro hombre, como en una isla desierta”. Pero hoy en día el sector sanitario es muy complejo y está constituido por múltiples instituciones y empresas públicas y privadas, que en los países industrializados representan en torno al 9-10% del PIB, quitando a Estados Unidos, que están ya en el 18% de PIB dedicado a sanidad. Por lo tanto la relación médico/enfermo ya no se parece hoy a una isla desierta, sino, más bien, al concurrido camarote de los hermanos Marx. Empresas farmacéuticas y de tecnología médica, aseguradoras, provisores, Administraciones sanitarias,… todas están presentes, en sentido figurado, y aportando valor a esa relación médico/enfermo. Y, puesto que aportan valor, no hay intrusos, todos tienen su sitio en la relación médico/enfermo, que sigue siendo una relación privada, no pública, pero, y ahí está la clave, sometida a escrutinio. La historia clínica electrónica, al sacar a la práctica médica de su encierro en el papel, permite este escrutinio.

  • ¿Qué factores condicionarán la medicina del futuro?

Este gran cambio que representa la industrialización va a tener un gran impacto en todos los actores del sistema sanitario: en los profesionales, en las organizaciones sanitarias, en los ciudadanos y en las Administraciones sanitarias. A destacar el nuevo papel de los ciudadanos, que tendrán cada vez más voz en ciertas decisiones clínicas que les afectan, lo cual está en contradicción con gran parte de la tradición médica. No olvidemos que Hipócrates, el gran fundador de la medicina técnica, es también el padre del paternalismo médico y son conocidas sus recomendaciones de no dar información a los pacientes, sobre todo en cuanto al pronóstico.

  • ¿Dependerá todo, o casi todo, de la tecnología?

La tecnología es fundamental y está permitiendo avances insospechados hace sólo unos años. Pero me parece que el cambio fundamental es organizativo y de modificación de roles profesionales.

  • ¿Qué franja de la población mundial tendrá acceso a una sanidad solvente? (es decir, ¿quién podrá pagarla?).

En esto debemos ser claros: la mayor parte de la población mundial, es decir, de los 7.000 millones de personas de la Humanidad, no tiene acceso a algo que pueda denominarse servicios sanitarios. En el libro presento un cuadro pavoroso, los 312 millones de americanos tienen un gasto per cápita en salud de 9.500 dólares; los 932 millones de los países de la OCDE, sin Estados Unidos, el gasto está en 3.000 dólares al año; pero los 5.800 millones restantes tienen un gasto sanitario per cápita al año de 90 dólares. Estas necesidades de salud global son uno de los impulsores de la industrialización de la medicina. Imposible dar atención a este ingente número de población con el esquema artesanal de la medicina preindustrial.

  • ¿La medicina será prioritariamente un servicio o un negocio (o un servicio muy lucrativo)?

No veo la contraposición entre servicio y negocio. Hay gente que rechaza absolutamente el “ánimo de lucro” en sanidad, pero yo no comparto ese criterio. Es posible tener un sistema sanitario financiado públicamente, con empresas sanitarias privadas que aportan valor y tienen, como en cualquier negocio, una compensación vía beneficios.

Por otra parte, sanidad es un sector que va a duplicar su tamaño a nivel global en los próximos años. Se dice que va a pasar de los 6.500 millones de millones de dólares en 2014 a 12.000 en el 2022. Y el gran impulsor de este crecimiento es el desarrollo de las nuevas clases medias, fundamentalmente en Asia.

  • ¿Tienen futuro los sistemas sanitarios públicos?

Por supuesto que tienen futuro, siempre que haya una preocupación por su sostenibilidad, que no es nada fácil de lograr teniendo en cuenta el escenario fiscal, la gran tendencia al alza del gasto sanitario y los compromisos de déficit derivados del Programa de Estabilidad. En España los recortes por la crisis económica han sido nefastos para el sistema sanitario. El gasto sanitario público ha sido 10.000 millones menos en 2013, comparándolo con el de 2009, más de un 12% de bajada, lo que nos ha hecho cambiar de liga en Europa, situándonos a nivel de los antiguos países del Este. Sólo en Asturias la diferencia del gasto de 2009 al de 2013 es de 228 millones. Cualquier programa realista pasa por la recuperación del gasto de 2009 en unos años, lo que no es ni planteable sin ofertar, al mismo tiempo, profundas reformas en el sistema. No todo va a ser pedir más recursos.

  • ¿Sistemas “nacionales” de salud o” internacionales”?

Los sistemas sanitarios se han desarrollado como sistemas nacionales, pero cada vez hay más retos globales de salud, que exigen una política y una gobernanza sanitaria global. Ya no estamos hablando de “medicina tropical”, cuando se viajaba a países exóticos, sino de auténticas amenazas globales de salud, que sólo pueden tener una respuesta global.

  • ¿Puede suceder que la medicina avance tanto que ya no quede nadie sano? Dicho ya en serio: ¿Existen en la medicina factores que induzcan su autodestrucción?

No sé si se podrá llegar a eso, pero en todo caso estamos muy lejos. Lo que estamos viendo es un cambio epidemiológico con predominio creciente de las enfermedades crónicas, no sólo en los países desarrollados sino en las economías emergentes.

  • ¿Por fin la prevención se impondrá a la curación?

Muchas enfermedades crónicas son prevenibles y por lo tanto el papel de la prevención es fundamental.

  • ¿Veremos una sociedad más o menos medicalizada que en el momento actual?

Una cierta medicalización de la sociedad es inevitable, ya que responde a que la medicina tiene cada vez más armas que le permite resolver problemas con éxito, hasta ahora absolutamente inabordables por la Humanidad. Dicho lo anterior, hay que impulsar también mucho los autocuidados, o cuidados que uno se da a sí mismo, sin recurrir a ayuda profesional.

  • ¿Qué sucederá con la industria farmacéutica?

La industria farmacéutica, como la de tecnología médica, ha aportado armas eficaces a la medicina, gran parte del aumento de la esperanza de vida se debe a contribuciones de la industria farmacéutica y todo indica que, con los cambios necesarios, seguirá jugando este rol fundamental.

  • ¿Cómo evolucionará el rol social y profesional del médico? ¿Y el del enfermero?

Los enfermeros claramente pueden y deben aumentar su ámbito de actividad. En cuanto a los médicos, de lo que tradicionalmente venían haciendo, una parte será realizada por ordenadores y robots y otra por enfermeros y otros profesionales. Les queda un rol fundamental: la comunicación con el paciente y la orientación de casos complejos. El médico debe estar en la “medicina narrativa”, ayudando al paciente a elaborar una narrativa sobre su enfermedad.

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-13.15.32.png 579 467 ignacioriesgo ignacioriesgo2015-12-09 08:17:552015-12-09 08:17:55La medicina del futuro: de la artesanía a la industria

¿Médicos o robots?

22/11/2015/en Mis artículos /por ignacioriesgo

 

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Publicado en la newsletter de la Fundación Economía y Salud

 

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Ignacio Riesgo, médico, gestor y consultor sanitario, ha publicado un libro titulado “¿Médicos o robots?. La medicina que viene” (Editorial Rasche, 2015), http://medicosorobots.es/index.html

Este libro trata de la tardía, en comparación con otros sectores, industrialización que está experimentando la medicina.

La actividad central de la medicina es la relación médico/enfermo. Hace unos años esto era todo el sector sanitario. “Estoy ante un enfermo como un hombre frente a otro hombre, como en una isla desierta”, decía un conocido clínico vienés del siglo XIX. En aquel momento era casi así. Pero ya no hoy. En torno a esa relación médico/enfermo se ha creado todo un gran sector industrial que en los países industrializados representa en torno al 10% del PIB (18% en Estados Unidos).

Es por eso que la relación médico/enfermo ya no se parece a una isla desierta, sino más bien al camarote de los hermanos Marx, en su famosa película “Una noche en la ópera”. Todas las variadas instituciones y empresas que constituyen el sector sanitario no están físicamente presentes en esa relación, pero sí lo están en sentido figurado aportando valor a la misma ¿Podríamos figurarnos lo que sería hoy la relación médico/enfermo sin la aportación de la industria farmacéutica o la de tecnologías médicas? ¿O sin la presencia de la Administración, que hace posible en muchos casos esa relación, financiándola?

Puede haber una contradicción entre este gran sector industrial y la actividad artesanal –la relación médico/enfermo- en la que se asienta. No olvidemos que esta relación es el mayor condicionante tanto de la calidad como de los costes del sector sanitario.

Como en otros sectores, esta industrialización consiste en la incorporación a esa relación de tecnología, estandarización de procesos y nuevos roles profesionales.

Industrialización no significa despersonalización. Siempre la medicina será la aplicación del conocimiento biomédico a las circunstancias personales de cada individuo.

Este gran cambio tiene unas consecuencias para los distintos actores en el sector sanitario:

  • Para las organizaciones sanitarias

Que deben ser conscientes que la estandarización de procesos es su know-how fundamental.

  • Para los gestores sanitarios

Que deben preocuparse de gestionar no tanto lo no sanitario, sino lo que es core del sector: la atención a los pacientes.

  • Para las empresas suministradores de productos y servicios al sector

Que no son intrusas en el sector, sino que aportan un valor fundamental a la actividad central del sector: la relación médico/enfermo.

  • Para los profesionales sanitarios

Que tendrán que adaptarse a nuevos roles profesionales, muy en particular los médicos.

  • Para las Administraciones sanitarias

Que tendrán que impulsar este movimiento de industrialización del sector sanitario, como la única manera de hacerlo de calidad y sostenible.

Un libro de interés para los distintos actores en el sector sanitario.

 

 

 

 

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-16.34.17.png 814 1653 ignacioriesgo ignacioriesgo2015-11-22 14:35:342015-11-22 14:35:34¿Médicos o robots?

¿Médicos o robots?. La medicina que viene (2015)

09/11/2015/en Mis artículos /por ignacioriesgo

Entrevista publicada en Diaria Médico (noviembre 2015), a raíz de la aparición de mi libro titulado «¿Médicos o robots?. La medicina que viene»

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Ver PDF de la noticia (¿Médicos o robots? La medicina que viene – DiarioMedico.com)

1.- Acaba de publicar un libro titulado ¿Médicos o robots? ¿Por qué robots? ¿Qué ha querido trasladar con este libro?

El libro trata de la industrialización de la actividad core de la medicina, que es la relación médico/enfermo. Esta viene siendo una actividad artesanal, dónde las características del producto son determinadas por el artesano, en este caso el médico. Pero en sanidad se ha generado todo un complejo industrial de instituciones y empresas públicas y privadas, que en los países desarrollados representan entre el 9-11% de su PIB, 18% en Estados Unidos. Hay una contradicción entre este gran conglomerado industrial y las características artesanales de la actividad core sobre la que se asienta. Tengamos en cuenta que la relación médico/enfermo es la que más compromete tanto la calidad que se ofrece como el gasto sanitario. Por eso, aunque tardíamente en relación con otros sectores, el sector sanitario está experimentando una industrialización, en el sentido de estandarización de procesos, incorporación de tecnología y cambio de roles profesionales. Y, como en otros sectores, esto significará servicios más baratos y accesibles a mayores capas de población.

Lo que no es la industrialización, frente al temor de algunos médicos, es algo sinónimo de despersonalización. Siempre la medicina será la aplicación de la ciencia médica al caso particular de cada individuo.

Pero el médico ya no está con su paciente en una “isla desierta”, como se decía antes. Está “rodeado” de otros agentes, ninguno de los cuales es un intruso, sino que aportan valor a esa relación.

2.- Lleva una vida entera dedicado a la sanidad, pero desde muchos frentes, como médico, gestor y consultor. ¿Qué ha aprendido de cada una de estas profesiones?

He tenido la suerte de estar muy contento en todas las fases profesionales de mi vida: como médico, dónde se vive la problemática de los pacientes y los avances de la ciencia médica; como gestor, ya que te permite impulsar proyectos colectivos de gran alcance para las organizaciones; y,

como consultor, que es la posición que más retos ofrece desde el punto de vista intelectual y la que te da una visión más amplia del sector sanitario, dados los contactos con organizaciones muy variadas

Me considero un privilegiado por haber tenido la oportunidad de vivir estas tres facetas profesionales.

3.- ¿Puede un médico ejercer sin pensar en la gestión, en el presupuesto? ¿Puede un gestor sanitario ser un buen gestor si no es médico?

Precisamente porque el médico ya no está en una isla desierta, sino “rodeado” de otros agentes que aportan valor a esta relación, no puede ejercer del todo sin pensar en el presupuesto.

En cuanto a la segunda pregunta, no es necesario ser un buen médico para ser un buen gestor sanitario, aunque es muy frecuente que la gestión sanitaria, sobre todo en organizaciones provisoras, sea ejercida por médicos, incluso en Estados Unidos. Pero ser médico no es ninguna garantía de ser un gran gestor sanitario. Para ser gestor sanitario hay que tener skills de gestión y formación específica. Lo que da el ser médico es un conocimiento de la actividad core del mundo sanitario y, tal vez, una mayor capacidad de diálogo con los profesionales, algo fundamental en las organizaciones sanitarias, que son, como diría Mintzberg,“burocracias profesionales”, dónde el poder reside tanto en la cúpula de la organización como en el núcleo operativo. Por lo tanto, son organizaciones dónde no puede imperar el “ordeno y mando”, sino el continuo diálogo profesional.

4.- ¿Es la gestión clínica una solución?

Lo que no es la gestión clínica es la solución para todos los problemas de la sanidad, como a veces se presenta. La gestión clínica nació para responder a determinados problemas de la organización hospitalaria y para implicar a los profesionales en la gestión de recursos. Ha hecho aportaciones relevantes al sector, aunque también tiene sus pasivos.

Entre los pasivos está el ser presentada como panacea universal, lo que frena la incorporación de otras innovaciones organizativas que se están dando en muchos países. Si la gestión clínica lo resuelve todo, es evidente que no hace falta estar abierto a la incorporación de innovaciones.

Ha sido utilizada por algunos políticos para escaparse de tener un proyecto y de paso halagar a los profesionales; por determinados gestores, para no abordar su verdadera responsabilidad con la actividad clínica; y por ciertos profesionales, para reivindicar una periclitada autonomía. Hay asociaciones profesionales que parecen que tienen como único objetivo la reivindicación de la gestión clínica.

5.- Son muchos los libros, informes y estudios que se elaboran cada año sobre el sector sanitario, su sostenibilidad…. y 20 años después se sigue hablando de los mismos problemas ¿Nadie tiene la fórmula mágica para garantizar la sostenibilidad del sistema o es que los políticos no escuchan lo que dicen los sabios?

Respeto mucho a los políticos. Es más fácil analizar que aplicar las soluciones políticas. Por otra parte, la relación coste/beneficio para un político en la sanidad es muy desfavorable. El coste de ciertas medidas puede ser inmediato y muy alto, mientras que el posible beneficio siempre es a largo plazo. La sanidad es para políticos de Estado, no para los que sólo piensan en una legislatura.

La sostenibilidad es una preocupación fundamental, y nada fácil de lograr si tenemos en cuenta el escenario fiscal, la tendencia al alza del gasto sanitario y los compromisos de déficit del Programa de Estabilidad. Dados los grandes recortes en sanidad en los últimos años, cualquier programa realista pasa por recuperar en unos años el gasto de 2009, lo cual no es ni planteable sin ofertar, al mismo tiempo, profundas reformas en el sistema. No todo va a ser pedir más recursos.

6.- Ahora que estamos en elecciones, deje que le pregunte: ¿Si fuera presidente del Gobierno, qué haría con la sanidad? ¿Y qué no haría?

Tengo la impresión de que la sanidad nunca ha estado seriamente en la agenda de ningún presidente del Gobierno en la democracia. Esto es parte del problema, imposible tomar determinadas decisiones sin una implicación política al máximo nivel. No es así en todos los países. No hace falta más que leer las memorias de Margaret Thatcher para darse cuenta de que estaba en todos los detalles de la política sanitaria en el Reino Unido. Valoro en este caso la preocupación, no necesariamente el contenido.

7.- Ha vivido la sanidad desde dentro y desde fuera ¿cambia la perspectiva?

Como he dicho, he vivido la sanidad como médico, como gestor y como consultor. Indudablemente, la posición cambia la perspectiva. Decir lo contrario es no saber de qué se está hablando.

8.- Es consejero en Ribera Salud. ¿Cómo ha vivido la movilización de la marea blanca por las externalizaciones de Madrid?

No tanto como consejero de Ribera Salud sino como simple persona que lleva trabajando toda la vida en sanidad, la viví con vergüenza. El movimiento de las mareas blancas me pareció y me parece algo absolutamente rechazable. Sin matices.

Ahora vamos a la explicación. En el intento de externalización de la gestión en seis hospitales de Madrid se cometieron, por parte de la Administración de la Comunidad de Madrid, todos los errores posibles, el más importante de los cuales fue la falta de diálogo profesional. Esto no es algo que diga ahora, ya lo dije en un artículo publicado en El País en marzo de 2014. Por otra parte, esto se produjo en el contexto de

los recortes derivados de la crisis económica, que fueron nefastos para el sector sanitario. El gasto sanitario público de 2013 comparado con el de 2009 es de casi menos de 10.000 millones de euros. Hemos pasado de un diferencial de gasto per cápita en sanidad de estar un 12% por debajo de la media europea a estar un 30%. Hemos cambiado de liga en sanidad en Europa, pasando de estar alineados con los países avanzados a estarlo con los antiguos países del Este de Europa.

Dicho lo anterior, nada justifica la irracionalidad argumental, las algaradas callejeras permanentes como forma de solucionar los problemas, la crispación al máximo del sector sanitario durante meses, que ha caracterizado al movimiento de las mareas blancas. Y las asociaciones profesionales, sindicatos y partidos políticos que las apoyaron han contraído una grave deuda con el sector sanitario, por su irresponsabilidad.

Estoy seguro de que la madurez del sector y de sus profesionales, las múltiples asociaciones, instituciones y empresas que conviven aportando valor al sector, se merecen otra forma de diálogo, de análisis y de protesta ante situaciones difíciles.

Volviendo ahora a Ribera Salud, creo que esta compañía es un ejemplo de lo que la colaboración público/privada puede aportar al sistema sanitario público. En el caso de Ribera Salud, esta aportación va dirigida a la Administración, a los pacientes y población en general, a la comunidad en la que se asienta y a los profesionales. Creo sinceramente que la colaboración público/privada ha venido para quedarse y, sin ser la solución de los problemas del sistema, es parte de la solución. Precisamente el rechazo irracional de la colaboración público/privada por parte de las mareas blancas, inspirado en gran medida en razones corporativas, es de los elementos más negativos de este movimiento.

 

 

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-13.20.51.png 925 977 ignacioriesgo ignacioriesgo2015-11-09 07:24:552021-11-02 11:50:36¿Médicos o robots?. La medicina que viene (2015)

Los ciudadanos tendrán más voz en las decisiones clínicas que les afectan

08/11/2015/en Mis artículos /por ignacioriesgo

Entrevista publicada en La Razón (noviembre 2015), a raíz de la aparición del libro «¿Médicos o robots?: La medicina que viene»

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Ver PDF de la noticia (Entrevista I. Riesgo, La Razón, 8 nov. 015)

  • Explica en su libro que la relación médico-paciente es una actividad básica de la medicina y del sistema sanitario. ¿Qué aspectos se pueden mejorar en este ámbito?

El libro es realmente sobre industrialización de la medicina. Parto de la base de que la actividad central de la medicina y la sanidad ha sido y es la relación médico/enfermo y esta ha sido tradicionalmente una actividad artesanal, en el sentido de que sus principales características venían dadas por el artesano, en este caso el médico. Aunque tardíamente en relación con otros sectores, la medicina está experimentando una industrialización, con la incorporación a esta relación médico/enfermo de tecnología, estandarización de procesos y cambio de roles profesionales. Como en otros sectores, este cambio va a significar servicios de más calidad, más baratos y más accesibles a nuevas capas de la población.

Algunos médicos temen a la industrialización, equiparándola con despersonalización. Pero nada más alejado de la realidad, siempre la medicina será la aplicación de la ciencia médica a las características particulares de cada individuo.

  • ¿Llegará el momento en que esta comunicación se sustituya?

No, hay muchas actividades de los médicos que pueden ser sustituidas por máquinas y otros profesionales. Pero la comunicación con el paciente permanecerá como algo absolutamente clave de la relación médico/enfermo.

  • Se pregunta si es posible un gran sector industrial asentado en una base artesanal, ¿lo es?

Hacia finales del siglo XIX el gran clínico berlinés Schewenninger decía al referirse a la relación médico/enfermo: “Soy un hombre que está a solas con otro hombre, como en una isla desierta”. Pero hoy en día el sector sanitario es muy complejo y está constituido por múltiples empresas públicas y privadas, que en los países industrializados representan en torno al 9-10% del PIB, quitando a Estados Unidos que está ya en el 18% del PIB dedicado a sanidad. Por lo tanto, la relación médico/enfermo ya no se parece a una isla desierta, sino, más bien, al concurrido camarote de los hermanos Marx en la famosa película “Una noche en la ópera”. Empresas farmacéuticas y de tecnología médica, aseguradoras, provisores, Administraciones sanitarias,,… todas están presentes, en sentido figurado, y aportando valor a esa relación médico/enfermo. ¿O es que no aporta valor la industria farmacéutica, por ejemplo, a la relación médico/enfermo?. Y, puesto que aportan valor, no pueden considerarse intrusos, todos tienen su sitio en la relación médico/enfermo, que sigue siendo una relación privada, no pública, pero, y ahí está la clave, sometida a escrutinio. La historia clínica electrónica, al sacar a la práctica médica de su encierro en el papel, permite este escrutinio.

  • ¿Cuáles considera los aspectos fuertes de la sanidad actual?

Obviamente, el aspecto más fuerte de la sanidad actual es su extraordinaria eficacia frente a muchas enfermedades, que hasta hace no mucho eran absolutamente inabordables. Esto, que hoy nos parece algo normal, es realmente algo muy novedoso en la historia humana. La medicina careció de armas eficaces hasta hace muy poco. Realmente, hasta finales del siglo XIX, la medicina, quitando algunas intervenciones de una primitiva cirugía de guerra, carecía de armas eficaces frente a ninguna enfermedad. Pero la situación actual no es nada, comparada con lo que nos depara el futuro. El mundo de la biomedicina está continuamente incorporando innovaciones diagnósticas y terapéuticas.

  • ¿Hacia donde cree que va encaminado nuestro sistema sanitario? ¿Y cuáles son los retos a los que nos vamos a enfrentar?

Desde un punto de vista global, el mayor reto es que de los 7.000 millones de personas de la Humanidad, la mayor parte no tienen acceso a algo que pueda denominarse servicios sanitarios. En el libro se presenta un cuadro pavoroso, los 312 millones de americanos tienen un gasto per cápita en salud de 9.500 dólares al año; los 932 millones de los países de la OCDE, sin Estados Unidos, tienen un gasto de 3.000 dólares al año; pero para los 5.800 millones restantes el gasto sanitario per cápita al año es de 90 dólares. Estas necesidades de salud global son uno de los impulsores de la industrialización de la medicina. Imposible dar atención a este ingente número de población con el esquema artesanal de la medicina preindustrial.

En cuanto a los retos en nuestro país, el principal es mantener un sistema sanitario público sostenible, lo que no es nada fácil teniendo en cuenta el escenario fiscal, la gran tendencia al alza del gasto sanitario y los compromisos de déficit del Programa de Estabilidad. En España los recortes por la crisis económica han sido nefastos para el sistema sanitario. El gasto sanitario público ha sido casi 10.000 millones menos en 2013, comparándolo con el de 2009, más de un 12% de bajada, lo que nos ha hecho cambiar de liga en Europa, situándonos a nivel de los antiguos países del Este. Cualquier programa realista pasa por la recuperación del gasto de 2009 en unos años, lo que no es ni planteable sin ofertar, al mismo tiempo, profundas reformas en el sistema. No todo va a ser pedir más recursos.

  • ¿En que afecta la industrialización de la medicina al sistema sanitario español?

El gran cambio que representa la industrialización va a tener un gran impacto en todos los actores del sistema sanitario, a nivel global y en España. Los cambios afectarán a los profesionales, a las organizaciones sanitarias, a los ciudadanos y a las Administraciones sanitarias. A destacar el nuevo papel de los ciudadanos, que tendrán cada vez más voz en ciertas decisiones clínicas que les afectan, lo cual está en contradicción con gran parte de la tradición médica. No olvidemos que Hipócrates, el gran fundador de la medicina técnica, es también el padre del paternalismo médico y son conocidas sus recomendaciones de no dar información a los pacientes, sobre todo en cuanto al pronóstico.

  • ¿Cree que en un futuro los robots acabarán sustituyendo a los médicos?

No, aunque habrá cambios sustanciales en la práctica médica. De lo que tradicionalmente venían haciendo los médicos, una parte será realizada por ordenadores y robots y otra por enfermeros y otros profesionales. Les queda un rol fundamental: la comunicación con el paciente y la orientación de casos complejos. El médico debe estar en la ”medicina narrativa”, ayudando al paciente a elaborar una narrativa sobre su enfermedad.

 

 

 

 

 

 

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-13.25.40.png 743 1160 ignacioriesgo ignacioriesgo2015-11-08 08:07:352021-11-02 07:25:01Los ciudadanos tendrán más voz en las decisiones clínicas que les afectan

¿Médicos o robots?

22/10/2015/en Mis artículos /por ignacioriesgo

Artículo publicado en el número de octubre de 2015 de la revista I+S, publicada por la SEIS (Sociedad Española de Informática de la Salud)

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Ver PDF de la noticia

¿Médicos o robots?

A lo largo del mes del mes de octubre de este año 2015 ha aparecido un libro que he escrito titulado ¿Médicos o robots?. La medicina que viene (*). Agradezco a la SEIS la oportunidad que me da de hacer una breve reseña del mismo.

El libro analiza el fenómeno de la tardía –en relación con otros sectores- industrialización de la medicina. Se parte de la base de que la relación médico-paciente es la actividad core de la medicina y de cualquier sistema sanitario. Por razones históricas que se analizan en el libro, ha sido y sigue siendo en gran medida una actividad artesanal, en el sentido de que estaba en gran parte determinada por las características personales del médico-artesano. De la misma manera que el tejedor que hacía telas en su casa a finales del siglo XVIII, antes de la revolución industrial, era determinante en las características del tejido que hacía.

Pero hoy en día el sector salud es un complejo entramado de instituciones y empresas públicas y privadas, cada una de las cuales tiene algo de valor que aportar a esa relación médico-paciente. Hay una gran contradicción entre este gran sector industrial y la actividad artesanal en la que se asienta.

“Soy un hombre que está a solas con otro hombre, como en una isla desierta”, decía el gran clínico vienés Ernst Schweninger en el siglo XIX. De la isla desierta hemos pasado al camarote de los hermanos Marx. La relación médico-enfermo ya no se desarrolla en una isla desierta, sino que es una relación muy concurrida: Administraciones sanitarias, aseguradoras, hospitales y otros centros sanitarios, empresas farmacéuticas, compañías de tecnología médica, asociaciones de pacientes, grupos profesionales, y muchos otros agentes, están presentes –aunque no físicamente- en esa relación médico-enfermo. Y ninguna de estas entidades puede considerarse como un intruso en esa relación, sino que todas aportan valor a la misma. ¿Podemos pensar lo que seguiría siendo la relación médico-paciente sin la aportación de la industria farmacéutica, por ejemplo?

Entendemos por industrialización de la medicina a los cambios en la relación médico-enfermo, que vienen dados por la incorporación de tecnología, estandarización de procesos y cambio de roles profesionales. Exactamente lo mismo que en otros sectores.

Muchos médicos temen a la industrialización de la medicina, entendiendo que esto va a llevar una despersonalización de la relación. Pero esto no es así: siempre la medicina será la aplicación de la ciencia médica a las circunstancias personales de cada individuo.

Hay muchos elementos que impulsan este fenómeno de la industrialización de la medicina. En el libro se identifican siete.

Uno de los impulsores más potente son las tecnologías de la información en sanidad. Fundamentalmente por tres elementos, la historia clínica electrónica, la salud móvil y los sistemas de soporte a la decisión clínica.

La historia clínica electrónica permite compartir la información clínica con otros médicos y profesionales y con el propio paciente. Y además, al sacar toda la información clínica de su escondite en el papel, permite realizar auditorías médicas, ya que la relación médico-enfermo aunque una relación privada y no pública entre el médico y el paciente, es una relación sometida a escrutinio. La historia clínica electrónica permite la realización de ese escrutinio, sin quebrar los elementos confidenciales de la relación. El médico ya no responde sólo ante el mismo y sus colegas, sino ante un conjunto muy amplio de instituciones y empresas.

La salud móvil rompe el carácter siempre presencial y síncrono de la actividad médica. A partir de ahora gran parte de esa actividad podrá hacerse a distancia y no simultáneamente. Un cambio disruptivo, como se dice ahora.

Por último, los sistemas de soporte a la decisión clínica, permiten superar la rudimentaria logística de la información en biomedicina que hasta ahora caracterizaba el ejercicio médico. Lo que era incompatible con la incorporación de avances biomédicos que avanzan de forma incesante, al ritmo de más de 3.000 nuevas citas diarias en el Medline.

Estos cambios que llamamos industrialización de la medicina van a afectar de forma decisiva a la práctica médica. Muchas actividades que ahora hace el médico van a ser sustituidas, con ventaja, por ordenadores, robots y otros profesionales. Lo que no podrá ser sustituida es la comunicación con el paciente y la orientación de casos complejos, que quedarán como lo esencial del quehacer médico. O medicina narrativa, la que ayuda al paciente a tener una narrativa de su propia enfermedad, como dice Alfonso Castro Beiras en su excelente prólogo.

Estos cambios van a influir no sólo en la actividad médica, sino en todos los agentes del sector.

En definitiva, ¿médicos o robots?. No hay tal dicotomía: médicos y robots. Pero los médicos dedicados fundamentalmente a lo que es clave: la comunicación con el paciente.

 

 

  • Ignacio Riesgo

¿Médicos o robots?. La medicina que viene

Prólogo: Jordi Sevilla

Epílogo: Alfonso Castro Beiras

Editorial Rasche, 2015

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¿Médicos o robots?. La medicina que viene

09/10/2015/en Mis libros /por ignacioriesgo

 

En octubre de 2015, con prólogo de Jordi Sevilla y epílogo del añorado Alfonso Castro Beiras, publiqué (Editorial Rasche, 2015) un libro titulado «¿Médicos o robots? La medicina que viene», que trata de analizar la evolución de la medicina desde un sector totalmente artesanal a otro industrializado, lo cual no quiere decir, por supuesto, caer en la deshumanización de la medicina.

El índice del libro es el siguiente:

  • Prólogo de Jordi Sevilla
  • Capitulo 1: Medicina, la historia de una impotencia
  • Capítulo 2: ¿Qué hacen los médicos?
  • Capítulo 3: ¿Es posible un gran sector industrial asentado en una base artesanal?
  • Capítulo 4: ¿Va a ser la medicina una excepción en la industrialización de todos los sectores?
  • Capítulo 5: Las fuerzas impulsoras de la industrialización de la medicina
  • Capítulo 6: Globalización de la industrialización de la medicina, del estado de Nueva York a Madurai, en la India
  • Capítulo 7: Importantes cambios sobre todos los actores del sistema sanitario
  • Capítulo 8: Sanidad, la mayor oportunidad de negocio de la historia de la Humanidad
  • Epílogo de Alfonso Castro Beiras
https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2015/10/Medicos-o-robots.png 1838 1300 ignacioriesgo ignacioriesgo2015-10-09 18:38:262021-11-09 19:07:14¿Médicos o robots?. La medicina que viene

La industrialización llega a la sanidad

30/12/2014/en Notas /por ignacioriesgo

 

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Ver PDF de la noticia (Rastegar, healthcare becomes and industry)

(Reflexiones a raíz del artículo de Darius A. Rastegar, ver PDF)

El siglo XX ha sido un período de cambios monumentales y avances tecnológicos. El sector sanitario, sin embargo, había sido relativamente respetado de esos cambios y sólo gradualmente empezó a sufrir la reorganización que otros sectores habían experimentado en el siglo pasado.

Al inicio del siglo XX, los artesanos llevaban a cabo la mayoría (si no todas) las actividades en el proceso de hacer un producto y eran capaces de determinar la forma y ritmo de su trabajo, basándose en su propia experiencia. Frederick Winslow Taylor, un ingeniero mecánico y economista estadounidense que vivió entre 1856 y 1915, estableció las bases del cambio en la organización del trabajo. Su innovación puede resumirse en dos pasos: el primero es dividir un trabajo complicado en tareas relativamente simples; el segundo, analizar esas tareas y encontrar la mejor forma de llevar a cabo cada una de ellas.

Aunque el enfoque autoritario de Taylor (este llegó a declarar que el trabajador ideal era aquel que sólo seguía instrucciones y no pensaba por sí mismo) se ha modificado sustancialmente en la gestión moderna, dejó el legado de contemplar cada trabajo como algo que podía ser dividido, analizado y estandarizado para mejorar la eficiencia, la calidad y la productividad.  La taylorización de los sectores tuvo varias consecuencias. La primera, fue el aumento de la productividad que hizo posible el nivel de vida que ahora disfrutamos.  La segunda consecuencia fue el nacimiento de una nueva capa de gestores para organizar y supervisar el nuevo entorno de trabajo. La tercera consecuencia fue la degradación del trabajo, ya que, irónicamente, a medida que las tecnologías y los productos se vuelven más complejos, el trabajo que requiere es cada vez más simple. Algunos argumentan que estos cambios han convertido el trabajo en una experiencia monótona en la cual los trabajadores se sienten poco ligados al producto que generan. ¿Es este el futuro de la sanidad?

Dividir el trabajo en sus componentes

El típico médico del principio del siglo XIX era un médico general que trataba una gran variedad de problemas médicos. A medida que el siglo avanzaba fueron naciendo distintas especialidades médicas. Los primeros especialistas se concentraban en un órgano o enfermedad. Dentro de cada una de estas disciplinas, sin embargo, había todavía la oportunidad de la continuidad asistencial. Por el contrario, las especialidades más recientes –medicina de urgencia, intensivistas y hospitalistas- se concentran en una fase concreta de la atención y dan la razón a Taylor en cuanto a la primacía del sistema sobre el individuo. Estos médicos normalmente trabajan a turnos y su relación con el paciente al que atienden empieza y acaba con el turno.

La fragmentación de la atención se ve no sólo entre los médicos, sino también en la utilización de enfermeros y otros clínicos no médicos que desarrollan cada vez más labores que eran tradicionalmente la responsabilidad del médico.

Evaluación y estandarización de las tareas

El médico tradicional basaba sus decisiones en su sabiduría y experiencia personal. Cada médico era autónomo y en gran medida libre de practicar en la forma que él deseaba. Como consecuencia, los patrones de práctica variaban notablemente y muchos médicos no utilizaban estrategias terapéuticas probadas. Como respuesta a esta variación, el proceso de estandarizar y evaluar el trabajo de los médicos ha recibido mucha atención. Guías de práctica clínica, protocolos y sistemas de ayuda a la decisión clínica van en esa línea.

El nacimiento de una capa gestora

El médico de hace un siglo era típicamente un trabajador autónomo y trataba con sus pacientes directamente, sin la intervención de una estructura burocrática. El nacimiento de los seguros sanitarios –públicos y privados- introdujo un intermediario en esa relación. Con el aumento de las especialidades, así como con la necesidad percibida de impulsar la estandarización y el control de costes, surgió la necesidad de más gestores para controlar un proceso crecientemente fragmentado y, como resultado, el sistema se dota de una superestructura administrativa en expansión.

Las funciones gestoras en sanidad toman distintas formas. Hay gestores tradicionales que monitorizan la productividad y la calidad. Hay otros que desarrollan guías de práctica clínica o estándares, con un papel análogo al de los ingenieros en otras industrias. Los médicos hoy en día están sujetos a fuerzas externas crecientes, incluyendo las aseguradoras y las administraciones sanitarias públicas, aunque no sólo.

La supervisión gestora y la estandarización puede aumentar la calidad y la eficiencia, pero resulta también en una pérdida de autonomía. Los médicos son cada vez más empleados asalariados, que trabajan en entornos en los que tienen escaso control del ritmo y condiciones de su trabajo.

La degradación del trabajo

Las consecuencias de la taylorización fueron que el trabajo de artesanos experimentados era transformado en tareas simples controladas por un tercero y que su labor podía ser reemplazada en gran parte por otros trabajadores de menor cualificación.

La medicina ha sido tradicionalmente el campo de médicos independientes que adquieren su posición y prestigio a través de un largo y arduo aprendizaje, de manera similar al artesano al inicio del siglo XX.

El modelo del futuro puede haber cambiado. Habrá médicos-gestores que supervisan la labor de otros clínicos. Esta transformación es más aparente en la creciente utilización de clínicos no médicos para dar servicios hasta ahora reservados a los médicos. Algunos médicos actuarán como consultores superespecializados y algunos generalistas pueden coordinar la atención de los pacientes crónicos. Para la mayoría de los médicos, sin embargo, la tendencia será la de bajar un escalón hacia un papel menos cualificado y menos valorado en el sistema.

La industrialización de la sanidad

La sanidad parece dirigida en la misma dirección que otros sectores, hacia la fragmentación y estandarización del trabajo médico, así como hacia la construcción de una superestructura gestora. Estos cambios traen la promesa de una sanidad de mayor calidad y más eficiente. Los médicos, sin embargo, seguirán presionados a sacrificar su autonomía, su trabajo será menos valorado y, en gran parte, sustituido por el de otros clínicos no médicos.

Por supuesto, el objetivo del sistema sanitario será ofrecer a los pacientes la atención mejor y más coste/efectiva de las posibles, no ofrecer a los médicos vidas profesionales plenas de satisfacción. Sin embargo, cierto grado de industrialización de la medicina pueden tener implicaciones preocupantes para la atención de pacientes individuales y su experiencia en el sistema. Los pacientes también tendrán que acostumbrarse a la nueva realidad y asumir mucha más responsabilidad.

Para algunos existe el peligro de que ingredientes esenciales de una buena atención, tales como la comunicación paciente/médico y la conexión personal, pueda perderse en la búsqueda de la eficiencia.

Seguramente para aquellos que requieran ciertos procedimientos o tengan una única enfermedad para la cual los estándares de cuidados sean claros, es probable que estos cambios resulten en una mayor calidad y mayor eficiencia. Sin embargo, para otros pacientes, especialmente para las que tengan enfermedades crónicas multisistémicas complicadas, la primacía del sistema sobre el individuo les haga sentirse como un producto en un proceso despersonalizado.

Aunque muchos de estos cambios son inevitables y, en su conjunto, para mejor, necesitamos pensar en medidas que neutralicen los aspectos dañinos de este proceso.

El temor a la industrialización de la medicina

En ambientes médicos la industrialización de la medicina ha sido mirada con temor. Algunos invocan el espectro de una cadena de montaje, dónde la búsqueda de la eficiencia puede eclipsar los elementos humanos de comunicación y relación que hacen de la práctica médica algo más que una industria.

Lo cierto es que los máximos defensores de la industrialización de la medicina, como puede ser el Institute of Medicine, en sus recomendaciones resaltan el papel de la comunicación y la coordinación como un valor fundamental de la misma práctica clínica. No hay guía clínica que impida a los médicos comunicarse y entablar relaciones con sus pacientes.

Como dice el Dr. Simeon Schwartz, de Westmed ([1]): “Muchos médicos creen que la industrialización será terrible para la medicina. Se consideran a sí mismos como miembros de un prestigioso gremio que da atención personalizada, y que la estandarización mina la relación médico/paciente. De hecho, sin embargo, muchos médicos no están dando el nivel de atención que deberían. Al contrario, están alimentando un sistema ineficiente que dificulta dedicar tiempo a sus pacientes. Esto necesita frenarse. Si se industrializa la atención, se puede reforzar el papel de los médicos haciendo que ejerzan su auténtico papel de comunicación con los pacientes, en vez de meros escribientes, lo que puede tener un profundo impacto en la atención sanitaria”.

En otras palabras, la industrialización de la medicina no significa necesariamente despersonalización y pérdida de relación con los pacientes. Aunque si lo que se quiere es volver al carácter autónomo de la práctica médica, eso, como las golondrinas de Bécquer, ya no volverá.

 

 


[1]  Ken Congdon

Should we Industrialize Medicine?

Health IT Outcomes, April 17, 2013

https://ignacioriesgo.es/wp-content/uploads/2016/05/Captura-de-pantalla-2016-05-22-a-las-14.42.38.png 670 1383 ignacioriesgo ignacioriesgo2014-12-30 17:17:142021-11-02 07:00:59La industrialización llega a la sanidad

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