¿Médicos o robots?
Artículo publicado en el número de octubre de 2015 de la revista I+S, publicada por la SEIS (Sociedad Española de Informática de la Salud)
¿Médicos o robots?
A lo largo del mes del mes de octubre de este año 2015 ha aparecido un libro que he escrito titulado ¿Médicos o robots?. La medicina que viene (*). Agradezco a la SEIS la oportunidad que me da de hacer una breve reseña del mismo.
El libro analiza el fenómeno de la tardía –en relación con otros sectores- industrialización de la medicina. Se parte de la base de que la relación médico-paciente es la actividad core de la medicina y de cualquier sistema sanitario. Por razones históricas que se analizan en el libro, ha sido y sigue siendo en gran medida una actividad artesanal, en el sentido de que estaba en gran parte determinada por las características personales del médico-artesano. De la misma manera que el tejedor que hacía telas en su casa a finales del siglo XVIII, antes de la revolución industrial, era determinante en las características del tejido que hacía.
Pero hoy en día el sector salud es un complejo entramado de instituciones y empresas públicas y privadas, cada una de las cuales tiene algo de valor que aportar a esa relación médico-paciente. Hay una gran contradicción entre este gran sector industrial y la actividad artesanal en la que se asienta.
“Soy un hombre que está a solas con otro hombre, como en una isla desierta”, decía el gran clínico vienés Ernst Schweninger en el siglo XIX. De la isla desierta hemos pasado al camarote de los hermanos Marx. La relación médico-enfermo ya no se desarrolla en una isla desierta, sino que es una relación muy concurrida: Administraciones sanitarias, aseguradoras, hospitales y otros centros sanitarios, empresas farmacéuticas, compañías de tecnología médica, asociaciones de pacientes, grupos profesionales, y muchos otros agentes, están presentes –aunque no físicamente- en esa relación médico-enfermo. Y ninguna de estas entidades puede considerarse como un intruso en esa relación, sino que todas aportan valor a la misma. ¿Podemos pensar lo que seguiría siendo la relación médico-paciente sin la aportación de la industria farmacéutica, por ejemplo?
Entendemos por industrialización de la medicina a los cambios en la relación médico-enfermo, que vienen dados por la incorporación de tecnología, estandarización de procesos y cambio de roles profesionales. Exactamente lo mismo que en otros sectores.
Muchos médicos temen a la industrialización de la medicina, entendiendo que esto va a llevar una despersonalización de la relación. Pero esto no es así: siempre la medicina será la aplicación de la ciencia médica a las circunstancias personales de cada individuo.
Hay muchos elementos que impulsan este fenómeno de la industrialización de la medicina. En el libro se identifican siete.
Uno de los impulsores más potente son las tecnologías de la información en sanidad. Fundamentalmente por tres elementos, la historia clínica electrónica, la salud móvil y los sistemas de soporte a la decisión clínica.
La historia clínica electrónica permite compartir la información clínica con otros médicos y profesionales y con el propio paciente. Y además, al sacar toda la información clínica de su escondite en el papel, permite realizar auditorías médicas, ya que la relación médico-enfermo aunque una relación privada y no pública entre el médico y el paciente, es una relación sometida a escrutinio. La historia clínica electrónica permite la realización de ese escrutinio, sin quebrar los elementos confidenciales de la relación. El médico ya no responde sólo ante el mismo y sus colegas, sino ante un conjunto muy amplio de instituciones y empresas.
La salud móvil rompe el carácter siempre presencial y síncrono de la actividad médica. A partir de ahora gran parte de esa actividad podrá hacerse a distancia y no simultáneamente. Un cambio disruptivo, como se dice ahora.
Por último, los sistemas de soporte a la decisión clínica, permiten superar la rudimentaria logística de la información en biomedicina que hasta ahora caracterizaba el ejercicio médico. Lo que era incompatible con la incorporación de avances biomédicos que avanzan de forma incesante, al ritmo de más de 3.000 nuevas citas diarias en el Medline.
Estos cambios que llamamos industrialización de la medicina van a afectar de forma decisiva a la práctica médica. Muchas actividades que ahora hace el médico van a ser sustituidas, con ventaja, por ordenadores, robots y otros profesionales. Lo que no podrá ser sustituida es la comunicación con el paciente y la orientación de casos complejos, que quedarán como lo esencial del quehacer médico. O medicina narrativa, la que ayuda al paciente a tener una narrativa de su propia enfermedad, como dice Alfonso Castro Beiras en su excelente prólogo.
Estos cambios van a influir no sólo en la actividad médica, sino en todos los agentes del sector.
En definitiva, ¿médicos o robots?. No hay tal dicotomía: médicos y robots. Pero los médicos dedicados fundamentalmente a lo que es clave: la comunicación con el paciente.
¿Médicos o robots?. La medicina que viene
Prólogo: Jordi Sevilla
Epílogo: Alfonso Castro Beiras
Editorial Rasche, 2015