¿Recetar apps o píldoras?
Es conocida la famosa frase del cardiólogo Dr. Eric Topol: “receto más apps que píldoras». Recientemente (octubre, 2013) el IMS Institute publicó un interesante estudio sobre las apps en sanidad, titulado Patients Apps for Improved Healthcare (ver PDF)
Merece la pena hacer un rápido análisis de cual es la situación de las apps en sanidad.
Qué son las apps
Las apps (de aplicaciones) son una aplicación de software diseñadas para funcionar en teléfonos inteligentes, tabletas y otros dispositivos móviles. Se accede a ellas a través de la plataformas de distribución de aplicaciones como el App Store (de Apple), Google Play (Android), Windows Phone Store y el Blackberry App World.
Las apps en la asistencia al paciente
Hay un conjunto de necesidades asistenciales de los pacientes que pueden ser resueltas vía apps:
- Cambiar los hábitos del paciente en áreas que afectan su salud, particularmente ejercicio y dieta
- Mejorar la aplicación de los tratamientos prescritos:
- Entendimiento de las instrucciones del médico
- Evitación de un uso inapropiado de la polifarmacia
- Adherencia al tratamiento
Dificultades para que los médicos recomienden apps
Si realmente las apps pueden tener efectos beneficiosos para los pacientes, ¿ por qué los médicos no las recomiendan?.
Hay algunos obstáculos para que los médicos incluyan las apps en su arsenal terapéutico. Se han identificado 6 obstáculos fundamentales:
- Elección. ¿Qué app es la más relevante para mi paciente y cómo puedo saber que es buena?. En este sentido, la oferta tan impresionante de apps puede confundir al paciente y los médicos están en una situación similar. Algunos médicos han expresado su preocupación ante la sobrecarga de ofertas de apps.
- Infraestructura de prescripción. ¿Cómo prescribir una app para mi paciente?. En el momento actual la infraestructura necesaria para recomendar una app es limitada y muchos recurren simplemente a escribir el nombre de la app en un papel y dárselo al paciente durante la consulta. La creación de formularios de apps podría ser un paso importante, así como el establecer un catálogo de aplicaciones de las apps, una evaluación de las mismas e información sobre las más utilizadas. Una conexión de la app con la historia electrónica del paciente sería necesario si se quiere que el médico la prescriba.
- Regulaciones. ¿Cuáles son las normativas para prescribir una app, si es que existen?. Hasta la fecha la FDA ha aprobado 100 apps médicas, la mayor parte de las cuales están en relación con la gestión de enfermedades crónicas, como diabetes, asma e hipertensión. Con esta información, los médicos pueden estar más tranquilos a la hora de recomendar un app. No obstante, la FDA considera a las apps no como medicamentos (en los que se analiza la seguridad y la eficacia) sino como “medical devices” (en los que se analiza la seguridad, pero no se entra en la eficacia).
- Confidencialidad y seguridad de la información. Este punto es esencial, particularmente si queremos que la app se conecte con la historia clínica electrónica.
- Reembolso. ¿Cómo va a pagar mi paciente la app?. Aunque la mayor parte de los apps pueden bajarse gratis, hay otros cuyos precios oscilan entre 1 y 100 dólares. En el momento actual los pacientes necesitan pagar su coste directamente, aunque hay algunas empresas que están empezando a ofrecer gratis ciertas apps bajo prescripción.
- Legal. ¿Alguna repercusión si la app no es fiable?. No pocos médicos están preocupados por la posible repercusión legal del uso de las apps.
No cabe duda de que todavía hay obstáculos para la generalización de las apps en la práctica médica, aunque ninguno de estos obstáculos parezca insalvable.
El camino hacia la madurez de las apps en la práctica médica
Para que las apps en sanidad se integren en la asistencia sanitaria diaria, todos los stakeholders deben estar implicados y deben difundirse ampliamente pruebas de su utilidad.
El proceso de madurez de las apps incluye cuatro elementos:
- reconocimiento por parte de aseguradoras y proveedores de su utilidad;
- creación de estándares en cuanto a seguridad/confidencialidad;
- evaluación de las apps médicas; y,
- integración de las apps en otros sistemas de tecnologías de la información en sanidad.
El paso de la creación sistemática de pruebas de su eficacia es previo a que alcancen su estado de madurez y se integren en la práctica médica. Pero, dicho todo lo anterior, sí que creemos que las apps, o las formas más evolucionadas que las sustituyan, forman parte de la medicina del futuro.
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