Qué no es la colaboración público/privada en sanidad
En los últimos días, semanas y meses, estamos asistiendo a una polémica sumamente intensa sobre el valor o no de la colaboración público privada en sanidad. Y a más que una polémica, a una auténtica movilización social en torno a este tema, siendo los argumentos predominantes los que se oponen de forma radical a cualquier forma de colaboración público/privada en sanidad.
A la vista de algunos de los argumentos utilizados, creo que es bueno exponer qué no es colaboración público/privada en sanidad:
- La colaboración público/privada no es un sustitutivo de las reformas en el sector público. El sector público necesita reformas en profundidad: cambios en el régimen de personal, orientación hacia los crónicos, modificación de los incentivos, impulso a la medición de los resultados y a la transparencia, etc. La colaboración público/privada no puede sustituir a estas reformas, con el pretexto de que son muy difíciles de emprender y de alto coste político.
- Las fórmulas de colaboración público/privada no van a sustituir a todo el sector público. Seguramente se extenderán estas fórmulas, pero sin la ambición de sustituir a todo el sector público, lo que no sería realista ni probablemente deseable.
- La colaboración público/privada no es una forma de recorte. Asumiendo la necesidad de los recortes en sanidad, como consecuencia de la crisis económica, la definición de los mismos es medidas de impacto inmediato en forma de reducción de costes. Los presupuestos sanitarios han bajado en todas las Comunidades y, si se quieren cumplir sin desviaciones, hay que hacer recortes, entendiendo estos como medidas cuya eficacia se ve en el propio ejercicio. Desde este punto de vista, las colaboraciones público/privadas, operaciones por definición a largo plazo, no pueden contemplarse como recortes. Es más, es peligroso contemplarlas como recortes. En otras palabras, disminuciones presupuestarias puntuales no pueden plantearse como justificativo de estas fórmulas.
- La colaboración público privada no es una simple forma de ahorro. Puede ser fórmulas de prestación asistencial más eficientes y esta es su justificación, pero los drivers de crecimiento del gasto sanitario en el sector operan tanto para el sector público como para el privado. Plantear que con estas fórmulas se va a ahorrar es simplemente no saber de qué se está hablando y qué tendencias tiene el sector sanitario.
Entonces, ¿qué es y qué justificación tiene la colaboración público/privada en sanidad?.
Esta colaboración parte de la base de que en un sistema, como los europeos y el español, de cobertura universal y financiación predominantemente pública, hay dos hechos que pueden ser positivos:
- La competencia, que es mejor que el monopolio o semimonopolio en la prestación pública, si se parte de la base de que nunca son buenos los monopolios, públicos o privados; y,
- Que la iniciativa privada puede colaborar aportando valor al servicio sanitario público, si es capaz de ofrecer una asistencia de calidad a un precio razonable, lo cual, obviamente, debe objetivarse, como también se debe hacer en el sector público.
Por lo tanto, las fórmulas de colaboración público privada deben ser vistas más como reformas del sistema a largo plazo, que como recortes a corto.
En esa aportación del sector privado, el valor debe ser entendido cómo el que se ofrece a los pacientes y definido como resultados en salud por euro gastado. En la definición de valor va, por lo tanto, implícita la eficiencia.
Ahora bien, no confundamos eficiencia con ahorros. Por otra parte, planteamientos de simples reducciones de costes sin analizar los resultados en salud pueden ser peligrosos.