A vueltas con las fusiones hospitalarias
El anuncio de la posible fusión de Quirón e IDC, a través de la compra por parte de CVC (propietario mayoritario de IDC) del 61% de las acciones de Quirón, representa la más importante consolidación hospitalaria de España y, posiblemente, de Europa. Si el acuerdo se cierra, el grupo resultante será el 3º europeo, tras Fresenius Helios (Alemania) y Générale de Santé (Francia).
Las fusiones hospitalarias han ido en aumento en Estados Unidos del 2009 al 2012 y, al menos desde 1999 ya hay en Estados Unidos más hospitales pertenecientes a cadenas o grupos que independinetes. En 2011 la relación era de 1996 hospitales independientes, frente a 3.007 de grupos hospitalarios. Esta situación todavía no se ha producido en España, dónde los hospitales independientes siguen siendo, en número, más que los hospitales de grupos.
Sin perjuicio de que las fusiones hospitalarias tienen su lógica (refuerzo de la potencia financiera, nuevas capacidades de gestión, sinergias, etc.), tienen también sus detractores y sus defensores.
- Los detractores dicen que, en último término, lo único que persiguen las fusiones hospitalarias es poder subir las tarifas a las aseguradoras, a través del refuerzo de su capacidad de negociación. Y que, desde este punto de vista, es algo negativo para los consumidores ya que, por la vía del aumento de las pólizas, serán los auténticos pagadores de la operación. En definitiva, vienen a decir que las auténticas sinergías son la subida de tarifas. También se han expresado preocupaciones en cuanto a la disminución de la competencia.
- Los defensores argumentan que las fusiones aportan significativos beneficios para los pacientes y las comunidades. Un reciente trabajo del Center for Healthcare Economics and Policy, de Estados Unidos, titulado Hospital Realignment: Mergers Offer Significant Patient and Community Benefits, publicado en enero de 2014, va en esa línea (ver PDF).
En España el proceso de concentración de las aseguradoras sanitarias hizo que la balanza de la negociación se pusiera de su parte, frente al fragmentado mundo hospitalario. Es de suponer que esta situación se reequilibrará con el nuevo escenario en marcha.
No obstante, dicho lo anterior, el aumento de las tarifas no puede ser la única razón justificativa del proceso. Hay que buscar otras razones relacionadas con la calidad y la eficiencia y, en último término, el beneficio de los pacientes.