Análisis del Sistema de Cuentas de Salud 2019
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Cuentas Sistema de Salud 2019.
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Por séptimo año consecutivo, toda una proeza, Julio Villalobos, amigo, gestor y analista sanitario, nos obsequia con un análisis del gasto en salud en España, a partir de los gastos consolidados publicados por el Ministerio de Sanidad, en coherencia con una metodología de análisis aceptada por la OCDE, Eurostat y la OMS.
El artículo que acaba de publicar en 2021 (Agathos, nº 2) analiza la última información, que corresponde a 2019. Puede sorprender que en 2021 salgan los datos de 2019, pero es que se trata de datos consolidados.
Por lo tanto, el análisis es pre-COVID-19.
Los gastos totales en salud alcanzaron en 2019 los 115.458 millones de euros, con un aumento en el período 2015-2019 de 15.748 millones, lo que supone un aumento del 15,79%. El aumento en este período fue menor en el gasto público que en el privado.
El gasto total en salud con relación al PIB en 2019 fue del 9,3%, porcentaje igual a 2015.
El gasto sanitario total por habitante/año en 2019 fue de 2.451 euros, un aumento del 14,1% con relación al de 2015.
La mayor parte del gasto sanitario en el 2019 se utilizó en la asistencia curativa y rehabilitadora, que supuso el 57,54% del gasto total.
Como en años anteriores, llama la atención la escasa cantidad dedicada a la prevención y salud pública, un simple 2,11%.
Las inversiones representan en 2019 el 1,55% sobre el gasto total, algo totalmente insuficiente para paliar el déficit acumulado durante los años de crisis económica.
Del gasto dedicado a asistencia curativa y rehabilitadora, el mayor porcentaje corresponde a atención ambulatoria (51,57%), mientras el 43,62% a asistencia hospitalaria. Esto corresponde tanto a atención pública como privada. Persiste la tendencia, ya observada en años anteriores, de una mayor financiación privada en los pacientes ambulatorios.
Con relación a los productos farmacéuticos, el sector público financió en 2019 el 70,16%, mientras el sector privado financió el 29,84%.
En cuanto al gasto sanitario privado, el 24,20 (8.196 millones de euros) corresponde a seguros privados (con un espectacular crecimiento del 38,07% en el período 2015-2019), mientras el 73,21% corresponde a pago directo de los hogares.
En cuanto al destino del gasto de pago directo desde los hogares, el 52,6% corresponde a productos médicos y 40,6% a asistencia curativa y rehabilitación (siendo la gran partida en este concepto la atención odontológica).
Algunas conclusiones
- Ya en 2018 empezaba a verse un crecimiento del gasto sanitario público, tras la crisis económica que supuso 6 años de disminución del gasto sanitario. Esta tendencia se consolida en 2019.
- El gasto privado lo realizan los hogares mayoritariamente en el pago directo, lo cual contribuye a disminuir el poder adquisitivo de las familias.
- El 92,31% del gasto sanitario público durante 2019 fue gestionado por las comunidades autónomas.
- La mayor parte del gasto sanitario se dedicó a acciones curativas y de rehabilitación, con mínimo gasto para prevención y salud pública, como quedaría de manifiesto en la crisis del coronavirus, que puso en evidencia la debilidad de nuestro sistema sanitario.
- En cuanto al gasto privado, la mayor parte son pagos directos desde los hogares. El peso de la financiación pública en la atención dental, del 1,4%, y la adquisición de aparatos terapéuticos (audífonos, gafas, etc.) del 5%, es muy inferior a la media de la UE-28, que se sitúa en el 30 y 36% respectivamente.
- En lo que se refiere al seguro privado, se constata que este gasto está en relación con el nivel de ingresos. De las familias con menos de 1.050 euros netos al mes, solo un 4% tienen contratado un seguro privado; frente al 41% en las familias que tienen una renta neta de más de 3.600 euros/mes.
- La partida de inversiones, el 1,55%, ha aumentado muy discretamente. Esto también nos aleja del gasto medio en los países europeos, que invierten entre el 2 y el 3% del gasto sanitario total solo en TIC en salud
- También se constata el déficit de talento, debido al igualitarismo y la poca valoración de las necesidades y la valía real de los candidatos en un régimen estatutario, casi funcionarial, dónde influyen otras variables alejadas a la aportación de valor.
- Se constata que las medidas anticrisis no han conformado una estrategia integral, sino una sucesión de medidas, que tienen en común el objetivo de controlar el gasto en salud.
- Si queremos tener un Sistema Sanitario que perdure en el tiempo debemos mantener un equilibrio económico entre los gastos y los ingresos del sistema, prestando atención a las causas que originan un crecimiento del gasto sanitario e intentar corregirlas; mejorar la eficiencia en la producción de los servicios; y adaptando la prestación a las nuevas tendencias de envejecimiento y cronicidad.
- Un cambio muy importante, que supera con mucho lo que es posible llevar a cabo en una legislatura.